Hablar de YouTube es hacerlo también del sitio de referencia de millones de personas que consumen contenido a través de esta plataforma cada día. Análisis, vlogs, retos, tags, discursos, vídeos en directo e incluso emisiones en streaming las 24 horas del día. Las posibilidades son infinitas en un espacio donde muchas veces los límites parecen difuminarse en aras de obtener el máximo número de visitas posible en cada vídeo. Pero sí hay unas normas y desde la propia plataforma quieren que todos los usuarios sean conscientes de ello.

Las políticas que se han ido adoptando desde el servicio en los últimos tiempos han pasado por un endurecimiento del trato ante aquellos vídeos y usuarios que subiesen contenido relacionado en mayor o menor grado con conductas de odio. Sus actuales términos lo definen de la siguiente manera:

Defendemos el discurso libre e intentamos defender tu derecho de expresar puntos de vista impopulares, pero no permitimos los discursos de odio. Los discursos de odio hacen referencia al contenido que promueve violencia u odio contra personas o grupos en base a atributos concretos, como raza o etnia de origen, religión, discapacidad, género, edad, condición de veteranía, orientación sexual o identidad de género.

Partiendo de esto, YouTube implantará ahora una serie de medidas contra los vídeos que se centren en “contenido religioso controvertido o supremacista”, pero que no lleguen a violar las normas del sitio anteriormente descritas. Dónde se encuentra el punto en el que un contenido pasa de ser aceptado a ser susceptible de ser eliminado solo lo saben ellos, por el momento.

Lo que sí hemos podido conocer es que los vídeos que sean calificados de esta manera serán penalizados no teniendo opción de ser monetizados, no accediendo a herramientas de promoción, perder la opción de ser comentados o ser mostrados previo un aviso acerca del contenido, entre otras. Unas medidas, en definitiva, pensadas para reducir al mínimo el impacto que estos vídeos puedan generar y limitar el alcance que puedan tener dentro de la comunidad.

YouTube pone en marcha su «método de redirección» para luchar contra el terrorismo

En una plataforma con más de 1.500 millones de usuarios mensuales, es más urgente que nunca tomar medidas contra el contenido que pueda derivar en consecuencias mayores. Algunos gobiernos europeos ya comienzan a hacer presión al respecto, por ejemplo, en aspectos relacionados con el terrorismo, y es algo que, más tarde o más temprano, todas las redes con un claro componente social tendrán que abordar.

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