Nokia está de vuelta. La alianza de HMD Global, Foxconn y la vieja marca Nokia devuelve a la vida a una de las mayores leyendas de la telefonía, que busca ahora una segunda oportunidad tras fracasar junto a Microsoft en la transición al smartphone.

Es el primer teléfono de Nokia en expandirse globalmente.Su primera bala es el Nokia 5 —si exceptuamos el Nokia 6, cuya comercialización ha sido muy limitada—, un teléfono de menos de 300 euros que se sitúa en el terreno de Huawei y Motorola, donde la competencia es casi tan intensa como en la gama más alta de la industria.

Pero Nokia tiene algo a su favor, y es la confianza, la nostalgia y los orígenes. Llevar la palabra "Nokia" serigrafiada en la espalda supone una gran ventaja para cazar nuevos clientes durante sus primeros meses/años. Eso sí: hay que estar a la altura. Ese impulso inicial que proporciona la marca conlleva la gran responsabilidad de hacer un buen producto. De lo contrario, la catástrofe está más que asegurada.

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¿Está el Nokia 5 a la altura del nombre que lleva a la espalda?

Para evaluar el conjunto —que abarca un gran abanico de aspectos—, es mejor ir por partes:

  • Diseño y construcción. A nivel de construcción y estética, el Nokia 5 no hace más que satisfacer al que lo sostiene en su mano. Metal, cristal y un feeling muy similar al Nokia 925, uno de los mejores teléfonos con Windows Phone que hizo la marca durante su breve pero intensa alianza con Microsoft. El resultado es tan bueno que fascina. Lo único mejorable —considerando la gama a la que pertenece— es la retroiluminación de los botones, cuya intensidad es algo baja y dificulta su distinción en algunas situaciones.

La construcción del Nokia 5 es tan buena que fascina. Al nivel de los mejores Nokia del pasado.

  • Rendimiento. Monta el mismo SoC que algunos de sus rivales directos (Snapdragon 430), aunque con 1 GB menos de memoria RAM. Pese a esa ligera inferioridad, el Nokia 5 hace un muy buen trabajo en términos generales y solo en situaciones muy concretas se puede apreciar una ínfima inferioridad respecto a teléfonos de su mismo segmento. Bonus: en tareas que requieran un elevado procesamiento gráfico, el Nokia 5 saca pecho y produce mejores resultados que la competencia gracias a la menor resolución de su pantalla.

  • Cámara. Mejorable. Monta una cámara principal de trece megapixeles y una lente con apertura f/2.0. El conjunto es solvente, pero la experiencia y los resultados no lo son tanto. La cámara es algo lenta en la captura y el enfoque, algo que podría solventarse con futuras actualizaciones de software. Por otra parte, la cámara suele pecar de un rango dinámico algo pobre, ruido y ligeros problemas de medición en escenas complicadas. No es la peor cámara de su segmento, pero otros teléfonos muestran mejor desempeño aquí.

  • Pantalla. Probablemente el punto más negativo del Nokia 5. La pantalla es de 5,2 pulgadas (bien); goza de muy buen brillo, contraste y representación de color (bien); pero su resolución es de 1280 x 720 (muy mal). La densidad de pixeles no alcanza los 300 píxeles por pulgada, y eso se aprecia fácilmente. Tanto Motorola como Honor —dos de sus principales rivales— montan paneles Full HD, que mejoran notablemente la nitidez de la imagen.

  • Software. Pocos fabricantes lo hacen bien en este aspecto —y no porque sea difícil—, pero Nokia ha dado con la clave desde el primer minuto. El Nokia 5 llega con una versión de Android muy limpia, con el Google Pixel preinstalado y Google Assistant funcionando. La experiencia de uso es homogénea —algo que Huawei no puede decir—, la estética está muy cuidada y no penaliza en absoluto al rendimiento del sistema. Todo esto, además, facilita y acelera los procesos de actualización en el futuro, una virtud de la que pocos teléfonos de su segmento gozan.

Nokia, a diferencia de otros fabricantes, da en el clavo con el software. Sencillo, ligero y fácilmente actualizable.

  • Autonomía. 3.000 mAh es una capacidad superior a gran parte de su competencia directa, pero eso no significa que su autonomía sea igualmente superior (la gestión de procesos y el consumo energético de los componentes determina finalmente cuánto jugo se saca a los mAh). Afortunadamente, el Nokia 5 ofrece una autonomía holgada —sin llegar a ser excelente—. Es posible completar una jornada completa de uso sin mayor problema. Eso sí: los tiempos de recarga son excesivamente prolongados, pues no incorpora ningún sistema de carga rápida.

  • Lector de huellas. El Nokia 5 no falta a la cita e incorpora un lector de huellas en el frontal del teléfono. Es eficaz y funciona lo suficientemente rápido como para no frustrar al usuario.

Los teléfonos Nokia, antes del declive, demostraron un poderío sin igual. En todas las gamas de producto estaban presentes con uno —o varios— teléfonos que desbancaban ferozmente a la competencia. Incluso en la época de Windows Phone, cuando más débiles eran, pudieron seguir haciéndolo con productos como el Lumia 520 o el Lumia 1020.

Pese a su ligera inferioridad, el Nokia 5 es un muy buen punto de partida para el fabricante.El Nokia 5 no logra repetir las hazañas de la vieja Nokia, y teléfonos como el Moto G5 o el Honor 6X equiparan —y, en algunos casos, superan— a la propuesta de Nokia. No obstante, el nivel que la compañía finlandesa ya ha alcanzado con este primer teléfono "global" es positivo, y algunos detalles como la excelente construcción del producto dejan entrever que parte de la vieja Nokia —eso que conquistó a millones de personas durante años— sigue viva.

Es difícil predecir si Nokia tendrá éxito o no con sus nuevos —y futuros— productos, pero el Nokia 5, pese a sus imperfecciones, es un buen punto de partida para una compañía que busca una segunda vida en la "Edad del Smartphone".

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