La Fundación Michael J. Fox y el Centro para el Avance de la Ciencia en el Espacio (CASIS, por sus siglas en inglés) han alcanzado un acuerdo para enviar al espacio una proteína clave en el desarrollo de la enfermedad de Parkinson. La molécula biológica será transportada hasta la Estación Espacial Internacional a partir del próximo 10 de agosto a bordo de una cápsula de SpaceX, según han anunciado las instituciones en un comunicado.

El laboratorio norteamericano de la ISS será el responsable de hacer crecer cristales de la proteína en condiciones de microgravedad, lo que facilitará la formación de cristales más grandes y regulares para resolver la estructura de la molécula. Esta información es clave a la hora de diseñar nuevas terapias contra el párkinson, una enfermedad neurodegenerativa que afecta al 1% de la población mayor de 60 años. Diversas investigaciones han identificado más de un centenar de mutaciones en el gen LRRK2, que codifica la proteína dardarina y que ha sido relacionado con la aparición de párkinson familiar.

La molécula proteica es una "diana prioritaria" en la investigación y el desarrollo de nuevos fármacos contra el párkinson. Los errores o mutaciones en el gen LRRK2 se relacionan con unos niveles más elevados de dardarina, un tipo de proteína conocido como quinasa, que se encarga de modificar otras proteínas. Su función biológica hace pensar a los científicos que inhibir esta molécula podría prevenir o frenar la progresión de la enfermedad neurodegenerativa. A día de hoy, sin embargo, no se han podido desarrollar medicamentos que bloqueen esta diana porque se desconoce su estructura, un problema que podría solventarse gracias al acuerdo anunciado por la Fundación Michael J. Fox, según ha explicado el reconocido actor en un vídeo proyectado en la ISS.

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Los esfuerzos realizados hasta la fecha para cristalizar la proteína han permitido obtener imágenes en baja resolución de su estructura. Sin embargo, las condiciones de microgravedad que ofrece la Estación Espacial Internacional permitirían la obtención de cristales más grandes y con menos defectos, a partir de los cuales se podrían captar imágenes a mayor resolución de la estructura de la molécula biológica. "Cuanto más se sepa acerca de la forma interior de una cerradura, más fácil es diseñar una llave que se ajuste", ha explicado la institución en un comunicado para ensalzar la importancia de desvelar la estructura de la dardarina.

La Fundación Michael J. Fox ha financiado a tres grupos de investigación de Oxford, California y Frankfurt, que se encargarán de preparar la muestra para su envío al espacio y que analizarán los cristales una vez que regresen a la Tierra a bordo de una cápsula Dragon de SpaceX. La iniciativa de enviar la proteína al espacio es uno de los proyectos de I+D+i que impulsa la entidad. La Fundación Michael J. Fox también ha promovido diversas investigaciones para identificar nuevos marcadores biológicos para realizar el diagnóstico precoz del párkinson, determinar la progresión de la enfermedad neurodegenerativa o el desarrollo de posibles terapias. La organización, creada en el año 2000 por el protagonista de Regreso al futuro, ha financiado en sus diecisiete años de vida proyectos científicos por valor de más de 700 millones de dólares.

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