El Moto E en 2014 volvió a mostrar que la calidad que Motorola había demostrado con el Moto G y el Moto X en las gamas media y alta también cabía en un escalafón inferior, la gama de entrada. Aunque se hacían importantes concesiones, el ahorro también era importante, por lo que para una parte del público tenía mucho sentido. Es hora de ver si la gama de entrada de 2017 lo mantiene. Empecemos por las especificaciones, la primera parte de la historia.

  • Procesador: Mediatek MT6737 a 1.3 GHz
  • RAM: 2 GB
  • Pantalla: IPS 5" (294 ppp)
  • Cámara: 8 MP f/2.2
  • Cámara secundaria: 5 MP
  • Batería: 2.800 mAh
  • Conectividad: WiFi b/g/n, LTE, Bluetooth 4.2, NFC, dual SIM
  • Almacenamiento: 16 GB + slot microSD
  • Dimensiones: 144.7 x 72.3 x 9.3 milímetros
  • Peso: 151 gramos

La segunda parte de la historia, y la más relevante para el usuario, es el día a día con él. Así se ha comportado en los aspectos más importantes:

  • Diseño: Tener en la mano un Moto E4 es una experiencia prácticamente igual a hacerlo con un Moto G5, pues el tamaño, la forma y los materiales empleados son similares. Es algo que no sorprende, los terminales de Lenovo herederos de Motorola siempre suelen compartir diseños. En este caso, es un diseño cómodo, sobrio, algo aburrido para 2017 y con marcos bastante pronunciados, pero se agradece que la parte trasera extraíble sea metálica. Eso sí, en zona de los botones de volumen queda un ligero hueco que cruje al apretar, no existe un cierre perfecto. Lo que más se agradece sin duda es la llegada del lector de huellas que, como siempre en los Moto, ofrece una gran respuesta, y sirve además como sustituto de los botones por software.

  • Pantalla: Acostumbrados a paneles 1080p, que Lenovo haya equipado al Moto E4 con uno de resolución 720p y 294 píxeles por pulgada deja algo frío al leer texto, pues la diferencia de nitidez es evidente. Se puede pedir algo más en este sentido a un terminal de 150 euros, pero hay que perdonarlo y decir que se compensa con dos aspectos en el que muchos otros fallan, y es la reproducción de color y sobre todo el brillo máximo, que ofrece buena experiencia en cualquier situación, sin llegar por supuesto a los nits de los paneles IPS o AMOLED de gama alta.
La falta de USB-C no restaba hace dos años. Hoy, empieza a doler.
  • Rendimiento: Probablemente el aspecto que más decepciona de este terminal, sobre todo teniendo en cuenta, de nuevo, que lejos quedan los 119€ del modelo inicial, y que el Moto E4 ahora se enmarca en la franja de los 150€. Encontramos un chip de Mediatek que ofrece una potencia similar al Snapdragon 410 presente en el Moto E 2015, tanto en CPU como en gráficos. Es una decepción dos años después, a la que se suma un almacenamiento interno de calidad pobre. El rendimiento en sí es correcto, pero ante cualquier demanda seria como cambiar entre aplicaciones pesadas o utilizar el Moto E4 mientras el Play Store las instala, el terminal se resiente, y ni la optimización de Lenovo que hemos visto en otros terminales es capaz de compensar sobre este Nougat 7.1.1. Son las cosas que que motivan que una inversión en un Moto G4, de 11€ de diferencia, o en un Moto G5, de 36€ de diferencia, esté totalmente justificada, ya que además se ganan mejores cámaras y pantalla 1080p.

  • Cámara: Si modelos como el Moto G5 Plus continúan estando equipados de cámaras mediocres, el nivel del Moto E4 sólo da para dar las gracias por tener flash y porque los ingenieros de imagen creasen el modo HDR, que arregla un poco el pobre rango dinámico de la cámara, a costa, eso sí, de poco más de un segundo de no poder disparar, pues ante todo, se trata de un terminal que ni enfoca ni hace la foto con celeridad. La nitidez es inexistente siempre, incluso de día, situación en la que los colores tampoco resultan precisos o agradables siquiera. De noche, en vez de objetos se ven manchas, el uso del flash es obligatorio si se quiere percibir algo y la sensación siempre es de volver a 2011 o a incluso antes.

  • Autonomía: En este aspecto el terminal se comporta entre aceptablemente y muy bien, dependiendo siempre de la exigencia de cada jornada y del factor negativo que siempre introduce la inconsistencia energética de Android en mi caso. En condiciones normales de uso, las cifras han estado entre 5 y 6 horas de pantalla durante la semana y media que se ha probado el terminal. Sin embargo, la carga no resulta especialmente rápida, otro argumento más para saltar a terminales superiores como el Moto G4 o Moto G5.

Conclusión: otro terminal más sin hueco

El Moto E4 ha dejado atrás aparentemente la racanería que ha caracterizado a esta familia desde sus inicios, pues aunque no destaca en nada, es en principio aceptable en todos los aspectos. Sin embargo, en el día a día se echan de menos demasiadas cosas, como una mejor cámara, carga rápida, un almacenamiento interno más rápido y un rendimiento que haga sentir que tenemos un sucesor del Moto G original en la mano.

Este terminal, que supone la gama de entrada de los Moto, se ha quedado sin hueco en el mercado por su precio. Por 100€ sería ideal, pero le separan sólo 11€ de un terminal con pantalla 1080p, más rápido, mucho mejor para juegos como el Moto G4 y con cárga rápida, por mucho que pese su falta de un lector de huellas que en este Moto E4 se agradece enormemente. Por un poco más que el G4 empieza a encontrarse el G5, que dará un rendimiento satisfactorio a casi cualquier usuario. Fuera de Lenovo, también están los Honor y si va la marcha y la importación, los Xiaomi.

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