Beber cerveza está de moda. Tanto es así que se han creado auténticos rituales y cultos sobre cómo disfrutarla, ya sea en un bar o en nuestra propia casa. Entre las personas que la beben de manera asidua suelen surgir numerosos debates. Cuál es la mejor, cómo debería ser tirada correctamente, con qué tendría que ir acompañada. Cada opinión es defendida por un numeroso grupo, que recurre a todo tipo de argumentos para demostrar que su opinión es la que vale. Uno de los últimos debates gira en torno a su origen, y divide a los cerveceros en dos bandos: los que se posicionan a favor de la cerveza artesana y los que se posicionan a favor de la industrial. Cervezas Ambar demuestra que no existe una mejor que la otra, y que las dos comparten más aspectos en común que diferencias.

Es cierto que todo lo que se realiza de manera artesanal cobra un especial interés. Estemos hablando de ropa, de muebles o de comida, la etiqueta de “artesanal” le añade un plus de calidad. Sin embargo, eso no quiere decir que los productos elaborados de manera industrial sean de peor calidad. Es el caso de la cerveza donde, ni mucho menos, se trata de una cerveza peor, simplemente tiene matices diferentes que pueden gustar más a unos que otros.

Cervezas Ambar se ha propuesto demostrar que no se trata de elegir un tipo de cerveza mejor que otra. Para demostrarlo recurre a su tradición de empresa familiar, con más de 17 variedades de cerveza y el porfolio más amplio en España. De hecho, mantiene su origen, fabricando la cerveza en las mismas instalaciones en las que comenzó a elaborarlas el siglo pasado, y manteniendo vivos procesos como la fermentación en tinos abiertos.

Entre los argumentos más utilizados en los debates sobre qué cerveza es mejor, son los ingredientes. El origen natural está socialmente más ligado a la artesanal pero no es realmente así. Todas las cervezas industriales utilizan los mismos ingredientes como cereal, agua, lúpulo y levadura, algunos industriales o no además pueden utilizar otros como conservantes, colorantes y estabilizantes. Simplemente les diferencia el procesamiento y la elaboración.

Otro de los argumentos que se utilizan es sobre si es mejor una cerveza filtrada que sin filtrar. Existen estupendas cervezas filtradas y estupendas cervezas sin filtrar. Cuando dejas sin filtrar una cerveza añades el sabor de la levadura, que puede gustar o no. Además, puede seguir fermentando y por tanto el producto es menos estable ya que si su conservación no es óptima sufre mayor deterioro que una cerveza filtrada. Además, por definición hay estilos de cerveza que requieren filtrado y otros que no.

Por último, otro de los motivos para posicionarse a favor de la cerveza artesanal o industrial es la calidad. Sin embargo, el origen de la fabricación de la cerveza no influye en que tenga más calidad o no. Para conseguir la mayor calidad posible, los ingredientes y un proceso de elaboración minucioso juegan un papel fundamental.

Como en todos los debates, existen argumentos de peso para defender cada una de las partes pero, en el caso de la cerveza, no se puede decir que las cervezas industriales sean peores que las artesanas, y viceversa. La gran variedad de tipos y marcas hacen que cada uno pueda tener su cerveza favorita. Cerveceros Independientes como Cervezas Ambar defienden la cultura cervecera frente a la homogeneización de los sabores, y en ese convencimiento, a todos aquellos cerveceros que disfrutan de su oficio, independientemente de su tamaño o de la etiqueta del botellín.

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