No han pasado ni 24 horas desde la salida del CEO de Uber de su propia compañía, que ya se están sucediendo los problemas. Si Travis Kalanick ha hecho las maletas por, entre otros muchos motivos, los problemas de acoso sexual que han ensombrecido las oficinas de la compañía durante los últimos meses, su junta directiva no se queda muy atrás.

Los resultados del informe sobre acoso fueron expuestos ante la junta el pasado domingo en una reunión que se extendió por más de seis horas. En este periodo de tiempo se tomaron como válidas todas las propuestas de las consultoras externas que habían participado en el estudio. No están claras cuáles son esas conclusiones, pero la cuestión es que hoy han sido expuestas ante el total de la plantilla de la compañía. Unos instantes después de que el CEO mandase su carta de renuncia, temporal en cualquier caso, el resto del equipo se sentaba delante de sus empleados. Y justo en este delicado momento, uno de los miembros de la junta hizo lo que justamente este informe intenta evitar: una broma inapropiada sobre las mujeres.

Si bien es cierto que, David Bonderman, el causante de toda la polémica, ha pedido disculpas momentos después por su comentario inapropiado, la cuestión es que demuestra el verdadero estado de la situación. No se han conocido las conclusiones del informe, pero desde luego no son demasiado halagüeñas visto lo visto. Es, por situaciones como esta, la razón por la cual muchas empleadas de la compañía levantaron sus quejas ante la directiva; afirmaban que de nada serviría un informe si, después de varios años, recursos humanos sabiendo de la situación no había movido un dedo.

La cuestión es que Bonderman interrumpió a Arianna Huffington justo en el momento en el que esta explicaba las razones por las cuales conviene tener mujeres en un consejo. El comentario del inversor multimillonario venía a decir que, dada la adicción de las mujeres a hablar demasiado, serían unas juntas con mucho diálogo. Una broma basada en un estereotipo que, fuera de lugar en cualquier caso, ha encontrado su peor encuadre en un evento precisamente contra el sexismo.

El problema es que todo esto demuestra que el trabajo que tiene Uber por delante se antoja muy duro. Por muchos informes que se publiquen, el problema se está volviendo endémico. Se añade, además, una cuestión importante: todos los ojos están sobre la compañía de transportes ante el más mínimo desliz. Tiempos duros para Uber.

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