Microsoft presentó en su conferencia del E3 2017 la nueva Xbox One X, la consola más potente del mundo y el nuevo contendiente que llega para hacer frente a una PS4 Pro en la guerra por el 4Ky los 60fps. La propuesta de Microsoft llega tarde, pero lo cierto es que lo hace mejorando en todo a su contrincante: más potencia, menor tamaño, mejor diseño. Debería ser algo que el conjunto de la industria, incluyendo a los jugadores, deberían estar celebrando ya que, a mayor competencia, mayor rivalidad, mejores juegos y mejor hardware. Las matemáticas son sencillas.

La conferencia de Microsoft fue, a todas luces, una conferencia de videojuegos con mayúsculas. Los de Redmond presentaron 42 juegos, algunas novedades menores para su consola y fueron el escaparate de algunos de los third parties más esperados y el escenario de operaciones para el reveal mundial de la nueva IP de BioWare. Casi nada. Como decíamos, una conferencia de videojuegos en mayúsculas.

No obstante, la sensación es que faltó algo. Una forma de renacimiento de Xbox en forma de nueva IP o, al menos, un cierre por todo lo alto de algo que no sea un multiplataforma. El jefe maestro en fundido negro. O, incluso, un Sunset 2. Quitando la falta de sorpresa de esa nueva IP o otra vieja conocido, la conferencia mantuvo en todo momento el ritmo. Es por ello que, quizás, las críticas ante la falta de nuevo contenido original por parte de la compañía en forma de juegos esté empañando parte de un discurso que está abriendo más oportunidades que nunca a la hora de ponerse a los mandos de un videojuego.

Y es que de un tiempo a esta parte, Microsoft está construyendo una plataforma o, al menos, intentando abrir las oportunidades de juego a cualquier tipo de jugador. Es interesante hacer un ejercicio en el que no todos los participantes en esta carrera del videojuego están jugando al mismo juego. A Nintendo le ha ido bien seguir su camino, una propuesta diferente. Y puede que la intención de Microsoft sea seguir un camino parecido: poner el hardware más en formato de consola sobre la mesa, ofrecer el contenido el PC y que sea el jugador el que tome la decisión de en qué lugar jugar.

Construir una plataforma sin títulos de gran peso es un error si está sola compitiendo con Sony, pero puede ser un acierto si lo que buscas es construir una comunidad a largo plazo. Sí, es difícil vender una consola sin exclusivos que además es más cara que esa competencia que sí tiene un gran catálogo de exclusivos de peso. Pero el discurso de Microsoft, o al menos el que hemos visto, ha sido diferente: Xbox quizás no tenga tantos exclusivos como parece, pero es el mejor sitio para jugar títulos multiplataforma.

Microsoft ha puesto sobre la mesa una plataforma en que cabe todo tipo de jugador, porque no nos equivoquemos, hay una gran parte de público que quiere jugar a 4K a los títulos que juegan sus amigos pero no quieren un PC, quieren el producto de siempre, pequeño, que no haga mucho ruido y que desde luego no suponga un producto tan friccional como es un PC si lo único que quieres realmente es jugar. Y es un público más grande de lo que parece. El PC está creciendo sí, pero para el jugador medio de consola sigue siendo un nicho cuya inversión en recursos y tiempo no genera el retorno suficiente si lo único que quieres es jugar en la tele del salón a 4K.

Los de Redmond han abierto las puertas a cualquier tipo de jugador: PC, producto básico con One, producto medio con One S y producto premium con One X. Varios tiers de precios en la misma plataforma con juego cruzado, compatibilidad entre productos y juegos, opciones de retrocompatibles para mantener el catálogo a largo plazo y con algunas exclusiva puntual, pero dejando el peso más importante del ecosistema en manos de los desarrolladores.

Ahora bien, la compañía tiene un escollo muy importante por delante y que es inherente también a su competidor con la PS4 Pro: convencer a los jugadores de que One X es el mejor sitio para jugar a multiplataformas. Y es que el problema de mantener un ecosistema en el que muchos de los títulos de gran presupuesto están basado en el multijugador y en el game-as-a-service es que tienes que mantener la igualdad de oportunidades, y no te puedes permitir un multijugador a 60fps en la One X y a 30fps en las anteriores, no si quieres mantener la comunidad sin fragmentar.

Este es el mayor problema de vender el mejor sitio para jugar a los multiplataformas. Pero si las intenciones de Microsoft son las de servir de plataforma para terceros, desde luego, el movimiento es más que inteligente. En un momento en el que la plataforma parece ser un punto de partida para innumerables industrias, puede que sea un nuevo punto de partida para el de los videojuegos, y Microsoft quiere llevar la delantera. Veremos cómo responde el mercado.

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