Todos tenemos una identidad secreta, algunas pueden ser tan fáciles de descubrir con el simple hecho de reconocer a una persona con anteojos —o peluca— y respecto a otras, sólo tenemos que ojear sus currículums.

Si bien cualquier objeto de los 50s relacionado con superhéroes puede ser suficiente para que robes a tu propia familia y obtengas una pequeña fortuna en Ebay —aproximadamente 40$ para ser exactos—, en su época eran básicamente ilustraciones para niños o revistas masturbatorias para adolescentes.

Ahora ubicados en ese mundo, dos amigos de la infancia decidieron continuar con su obsesión por la ciencia ficción y concebir la idea de un súper hombre creado por la ciencia para volar, parar balas y mantener extrañas obsesiones por conquistar la tierra.

Ya decía por qué diablos Superman se entretenía destrozando los carros de la gente.

Siendo aceptados por DC cómics como nuevos miembros creativos, la historia vio algunas correcciones y llegó finalmente a la publicación de Action Cómics #1 en 1938.

Interesados por seguir su carrera, los dos creadores Jerry Siegel y Joe Shuster venderían la historia y los derechos del personaje por $130 —o $10 por página— y en el momento en que se dieron cuenta de la enorme fortuna que acaban de tirar por el retrete, demandaron a la compañía para ser despedidos y perder la compensación del jurado pagando a un abogado.

Para 1948 sus nombres serían totalmente retirados de los cómics, y después de tratar de volver al negocio con el personaje de Funnyman o el superhéroe que vencía a sus enemigos con chistes, los dos básicamente se fueron alejando en la pobreza.

No tenemos idea de por qué fracasó...

Y cuando dejas en la pobreza a una persona como Joe Shuster, el dibujante original de Superman, no esperes salir de la corte ileso.

Dejando los modales, las gafas y su inexistente relación con las mujeres a un lado, se acercó a la cabina telefónica más cercana para aceptar un trabajo que le permitiría completar su propósito como hijo de las historietas: avergonzar a DC torturando a sus míticos personajes.

Es un cómic, es una historieta, es... la última edición de la revista pornográfica "Noches de Horror", que mezcla a tus personajes favoritos en situaciones que te ponen a pensar en la cualidad imaginativa de un nerd quien ha sido ultrajado de su mejor creación.

Teniendo tanta ira reprimida que sin firmar sus creaciones tuvo que enfrentar un juicio contra la Corte Suprema por los cargos de indecencia pública, e incluso un grupo de neo-nazis conocido como los "Asesinos de la Emoción" culparon las ilustraciones de la revista y la señalaron como la inspiración de sus crímenes.

Porque nadie se imaginaba de lo que este hombre sería capaz.

Conseguir un ejemplar de "Noches de Horror" en la actualidad puede llegar a costar alrededor de $600, y es que sus imágenes varían desde la cara pervertida de Jimmy Olsen y sus intenciones malignas hasta la inmensa variedad de fetiches y latigazos que pueden entrar en un solo ejemplar.

¿Podrá Superman escapar de las torturas de sus dos captoras? ¿Jimmy Olsen conseguir sus violentas insinuaciones sexuales? o ¿Será Lex Luthor quien consiga aplicar más fetiches inexplicables?

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: