Como viene siendo norma en los últimos años, Google I/O y Microsoft Build, las conferencias anuales de desarrolladores de dos de las más grandes compañías tecnológicas, han llegado en fechas prácticamente juntas; con una semana de separación. Quitando el hecho de la saturación que produce tanta novedad que además no llega precisamente pronto, esta cercanía permite comparar estrategias, observar en qué áreas van a centrarse en el futuro y en cuáles han fracasado estrepitosamente. Es decir, qué problemas han tenido y qué soluciones plantean.

Los problemas

En el caso de Microsoft el fracaso está muy claro, ha quedado fuera de la decisiva guerra de las plataformas móviles. Hace poco más de un año despedimos a Windows Phone como plataforma, y este año ha sido la propia compañía de Redmond la que, como Javier Lacort recogía, afirmaba en boca del mismísimo Satya Nadella aquello de "no estamos dejando de lado a nuestros usuarios de Windows en teléfonos. No obstante, reconocemos que hay otras plataformas que tienen mayor cuota de mercado y queremos asegurarnos de que nuestro software está disponible también en ellas".

Windows Phone está muerto en cuota de mercado, no tiene relevancia social alguna y sólo es "relativamente" importante en empresas. En menor medida, aunque también con gran relevancia, Microsoft dejó pasar otra oportunidad donde era líder indiscutible: la mensajería con MSN Messenger. Tras varios bandazos y la compra de Skype, la cosa no llegó a buen puerto y con las soluciones integradas de videoconferencia como FaceTime, o las propietarias de WhatsApp o (Facebook) Messenger, mantener al usuario es una posibilidad muy complicada.

En el caso de Google, el fracaso no es tan claro porque no se ha desvanecido en ningún área donde haya sido líder, como Microsoft lo fue, aunque de manera compartida, en el pequeño mercado de smartphones existente antes de la llegada del iPhone. Google simplemente ha perdido dos grandes guerras que por momento ha intentado convertir en una: la de la mensajería instantánea y la de las redes sociales. A diferencia de Microsoft, ha puesto todo lo que tenía sobre los productos por los que ha apostado, pero nunca ha sido realmente innovador y siempre ha ido a remolque del mercado.

Google Allo, un fracaso.

Es triste que algo tan extendido como Google Talk, que hasta la llegada de Hangouts llegaba preinstalado en cada Android, no tuviera repercusión ninguna. Google Buzz o la todavía viva Google+ son grandes ejemplos de cómo en el sentido social, exceptuando detallitos como los círculos, los de Mountain View apenas han generado ideas innovadoras, y de haber alguna, muchos usuarios ni las han llegado a conocer por, entre otras muchas cosas, el hastío provocado por obligar a usar sus servicios. Han sido los grandes perdedores de la compra de WhatsApp por Facebook, y la realidad es que Google ha sido disruptiva con servicios donde prácticamente ha sido pionera u ofrecido mucho valor, como en Maps, Gmail o Fotos. Dado su liderazgo ahí, pueden contemplar y poner en práctica estrategias que le hagan compensar la falta de control del mundo social.

La posible solución

Microsoft, pues, se ha prácticamente rendido con su plataforma móvil propia. Pero ha sido una compañía muy inteligente llevando todos sus servicios, gratuitos y de pago mediante suscripción, a todos los sistemas operativos que siguen importando, ganando así mucho más dinero que el que potencialmente podía ingresar con una cuota de mercado tan pequeña en Windows Phone. El desembarco de Office 365 en iOS y Android ha permitido llegar a los 100 millones de usuarios y 25 millones de suscriptores. Sin embargo, Microsoft necesitaba y necesita seguir brindando una experiencia unificada a lo largo de su "servicio" base principal, Windows, y el resto de sistemas.

La sincronización de archivos en la nube está bien pero no es suficiente, por lo que Microsoft ha sumado el hecho poder continuar un documento por donde el usuario lo dejó en todos los dispositivos que tengan una cuenta de Office 365 activa. También adquirió Swiftkey, uno de los teclados más reconocidos en iOS y Android, para construir su caballo de Troya nada escondido: portapapeles universal entre los dispositivos que lo tengan instalado y el escritorio. Así, Microsoft acaba con la falta de compatibilidad en Windows con otros dispositivos, y rompe la necesidad de comprar un Mac para tener funcionalidad potentes con un iPhone. Windows vuelve a ser una plataforma muy atractiva.

Teclados para ios - teclados para ios
Con Swiftkey, Microsoft gana un lugar muy especial en iOS y en Android.

La estrategia de Google guarda mucha relación con la de Microsoft, pero también diferencias clave. Desde siempre ha sido una compañía que ha buscado recopilar datos del usuario, y para ello tenía que estar en la web, en iOS y en Android. En Windows Phone, por poca base de usuarios y por una pugna con Microsoft decidió no entrar. EL Google I/O nos deja una Google más integrada que nunca, siguiendo el consejo de Jobs en hardware y software pero, pese a tener su caballo de Troya en iOS mediante el lanzamiento de Assistant en la App Store, sigue sin rendirse o tomar una decisión que le haga superar el haber perdido la guerra de la mensajería y las redes sociales. Ir a remolque en mensajería no le reporta buenos resultados y, si al fin y al cabo, lo que Google quiere son datos del usuario generados con el uso de sus servicios, ¿por qué no desarrolla un caballo de Troya no en iOS, sino en el epicentro de su guerra actual, la mensajería y servicios de Facebook?

Google puede haber perdido la guerra de la mensajería, pero controla el contenido compartible en ella por el usuario, un contenido que le puede ofrecer muchísima información sobre patrones de uso y perfiles. Controla las fotos de 500 millones de personas, creciendo a un gran ritmo. Controla los documentos de 800 millones de personas con Drive, el vídeo en YouTube y puede controlar la conversación con Assistant en el momento en que llegue a cada Android. La clave para inundar WhatsApp o Messenger, tal y como ha hecho Microsoft entrando en iOS y Android, pasa porque el usuario no tenga que abandonar las pantallas de las aplicaciones más usadas. Y en ellas Google tiene disponible su teclado, Gboard.

Gboard, de momento infrautilizado, puede hacer a Assistant casi tan presente en iOS como Siri, dando mayor presencia a la cuenta Google. Que con tan sólo abrir un campo de texto, dentro de cualquier aplicación, Assistant esté ahí para conversar, no sólo para responder a preguntas simples en la búsqueda, como ocurre ahora. Goard puede hacer que, dentro de WhatsApp, en vez de que se compartan fotos de mala calidad que ocupan espacio y con el tiempo se perderán, se encuentren rápidamente fotos y álbumes de Google Fotos que se comparten a la calidad original y sin consumir datos. Tan fácil como que añada un botón de búsqueda de fotos interna o que permita revisar la galería. También puede hacer que estudiantes y empresas compartan mediante un buscador sus documentos de Drive, sin tener que salir a buscarlos fuera para al final enviarlos por WhatsApp, que ya lo permite. Un botón para compartir vídeos de YouTube con "Me Gusta", del historial o para ver después. Es decir, convertir a Gboard en el núcleo central de su estrategia cuando el usuario se encuentre fuera de sus dominios.

Una solución así, obviamente presenta el problema de que Apple pueda frenar su llegada con un bloqueo en la App Store y una probable complicación de lo que un teclado es para la mayoría. Algo tan sencillo de repente puede volverse difícil de usar y muy pesado a nivel de recursos. Sin embargo, si a Microsoft le ayuda a no perder conexión con ecosistemas que escapan de su alcance, a Google le puede ayudar a inundar los servicios de Facebook con contenidos que están en su poder. Probablemente merece la pena intentarlo.

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