Cuando las cosas empezaron a ir cuesta abajo en términos de resultados financieros para GoPro, la compañía se replanteó muchas cosas respecto a su modelo de negocio. Como ha venido sucediendo con otras compañías del sector, el paso más sencillo cuando el hardware pierde el fuelle, es convertirse en una compañía de servicios y, en el caso de GoPro, su servicio quería partir del concepto de compañía de contenidos.

Si tienes la cámaras y tienes el contenido que producen los usuarios, dar herramientas para publicar y agrupar el contenido es el paso lógico para intentar parchear un modelo de negocio ya caduco. Y ese era al plan, ir virando, poco a poco, a convertirse en una compañía de software y servicios; que parece ser un sector en el que siempre es positivo reciclarse. El problema es que a GoPro no le salieron las cuentas de este nuevo modelo de entretenimiento.

A finales de 2016, cuando de verdad se empezaron a complicar las cosas para GoPro, la compañía anunció una reestructuración, incluyendo despidos y cierre de algunas divisiones nuevas con las que quería explorar cambios. Tras anunciar que tendría que prescindir de cerca del 15% de su fuerza de trabajo, la noticia que también llegaba a las portadas es que la reestructuración también se llevaba por delante la división de entretenimiento, y con ella, la apuesta de la compañía de convertirse en una empresa de servicios.

De complementarios a competidores

En cierto modo, GoPro tuvo una oportunidad de oro con el auge de de los drones y, sobre todo, asegurarse un futuro para un mercado que arrancaba con síntomas de gran valor añadido y alta competitivos. GoPro tenía una tecnología que encaja la perfección en las necesidades de algunas compañías que empezaron a entrar a los drones sin muchos aspavientos y con necesidades de cámaras de alto rendimiento, bajo peso y mucha durabilidad.

Aprovechar este mercado era una baza más que interesante para GoPro, que en su lugar, en vez de buscar alianzas estratégicas para que gigantes como DJI utilizando su tecnología de cámara como carrera a largo plazo, decidió entrar a competir en un mercado en el que no estaban preparados para hacerlo, y además, llegaron varios años tarde respecto de aquellos frente a los que querían competir.

La oportunidad perdida de GoPro se convirtió, además, en un desastre. Su irrupción en el mundo del drone se hizo mal, tarde y con un resultado tan controvertido que fue retirado del mercado por sus graves problemas con las baterías para volver un mes después a las estanterías, esta vez sin tanto ruido y sin tantas nueces. Todo en un mercado en el que DJI renueva constantemente sus drones y hace apuestas tan exitosas como el Mavic Pro (el mismo mercado en el que llegaba el Karma de GoPro) con unos resultados más que avalados por la crítica y por los consumidores.

El karma, nunca mejor dicho, se cebó con GoPro.

Y ganó DJI

Justo cuando GoPro se convirtió en competidor de DJI, este último se convirtió en competidor de GoPro, directamente, donde más dolía. La división de entretenimiento, sueño de GoPro y ahora cerrada, ha sido desplazada por la nueva división de DJI, que parece haber hecho las cosas suficientemente bien como para colar una app espectacular en todas las plataformas disponibles: Apple TV, Smart TV, Android TV, Roku, PS4, Xbox... todas y cada una de las TV inteligentes y no inteligentes del mundo podrán acceder a la nueva app de DJI que es, literalmente, entretenimiento puro, aunque su desembarco se hará inicialmente en Tizen de Samsung y en el Apple TV.

La idea de la compañía es ofrecer a los creadores de contenido una plataforma para deslumbrar al mundo con el contenido generado por sus drones y cámaras, una plataforma para que los usuarios cuelguen directamente contenido generado por el drone a máxima resolución.

"Hemos hecho que volar drones y capturar imágenes aéreas se muy fácil con nuestros aviones no tripulados, y ahora con la aplicación de TV DJI, los creadores tendrán más formas de compartir su trabajo con el mundo" - Paul Pan, senior product manager de DJI.

El sueño de GoPro sobrepasado por su competidor más improbable. Al fin y al cabo, DJI ya es una compañía de entretenimiento (y de hardware, claro) y si no, juzguen ustedes mismos:

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