Imagina que vas a una tienda con la intención de elegir una camiseta. Es imposible saber todo acerca de todas las opciones de la tienda; por supuesto, aun menos si hablamos de todo el centro comercial. Sin embargo, ciertos individuos pueden tratar de examinar todas las opciones posibles, tienden a ser lo que los psicólogos llaman un maximizador: alguien que examina cada posible opción una y otra vez hasta que encuentran la más favorable.

En términos generales, hay dos tipos de tomadores de decisiones: maximizadores y satisfactores. Ya hemos hablado de los primeros. Los segundos, por su parte, valoran las opciones hasta que ha encontrado uno que se adapte a sus necesidades mínimas y luego se detienen. Se conforman con un ”suficientemente bueno”.

Por supuesto, explicado así, asalta la duda razonable de por qué es mejor ser conformista con las elecciones cuando en cambio perfeccionar al máximo una decisión se ve, al menos en primera instancia, más productivo con los recursos.

El problema de ello es que, la tendencia de las personas a utilizar la maximización como estrategia de decisión, se ha vinculado a una serie de resultados negativos. Se ha encontrado que mayor maximización está asociada con niveles más altos de perfeccionismo y depresión; y con niveles más bajos de felicidad, optimismo, autoestima y satisfacción con la vida. La investigación ha demostrado que los satisfactores tienden a ser más felices con sus opciones y es menos probable que las lamenten más tarde. Eso es cierto para los objetos, como una camiseta, pero también es cierto para las amistades:

En un experimento, los autores reclutaron a un grupo de estudiantes universitarios que acababa de elegir una hermandad, pidiéndoles que llenar una encuesta sobre su experiencia emocional durante el proceso. La encuesta también incluía preguntas destinadas a determinar si eran maximizadores o satisfactores. Como imaginarás los satisfactores eran en general más felices, tanto con el proceso de elección de su hermandad como con esta en sí misma.

De nuevo, suena contradictorio. Al final, ¿no es menos probable arrepentirse cuando uno elige muy cuidadosamente las cosas? Pues parece que estas consecuencias negativas pueden explicarse por el hecho de que maximizar conduce a un pensamiento rumiante constante y a la continua evaluación de las opciones alternativas, lo que a su vez produce posteriormente a una mayor insatisfacción con las opciones ya tomadas.

La maximización está asociada con la comparación social ascendente, lo que conduce a un pensamiento de arrepentimiento contrafactual más frecuente y se asocia con una mayor fijación a las opciones alternativas".

La triste verdad sobre la toma de decisiones, de acuerdo con la mayor parte de la evidencia científica sobre el tema, es que las personas que pasan más tiempo y dedican más energía a obsesionarse con lo que es la elección correcta, por lo general, pueden terminar pasando horas, semanas o incluso años debatiendo sus opciones —de hecho, la misma presión interna de hacer la mejor decisión puede impedir que alguna vez decidan algo en lo absoluto— pero, hasta cuando por fin la toman, terminan menos contentos con sus decisiones que las personas que simplemente buscaron la opción “suficientemente buena”.

En otro experimento, los investigadores pidieron a sus voluntarios mantener un registro diario del tiempo que emplearan en la socialización y concluyen: “Hemos encontrado que cuando la gente maximiza en la selección de con quién pasar el tiempo, terminan menos satisfechos y experimentan una mayor emoción negativa y niveles más bajos de autoestima”.

Esto era especialmente cierto cuando los participantes tenían varias opciones diferentes: frente a abundancia de opciones los maximizadores sufren más; lo cual implica que la era de la interconexión, seguramente la época que más opciones disponibles nos ha presentado en la historia, no es, probablemente, un buen momento para decidir ser un maximizador.

Así que, ya sabes, cuando se trate de elegir a tus amigos, por supuesto no te quedes con la peor opción, pero tampoco te obsesiones con encontrar la mejor persona posible. Si lo haces, probablemente nunca estarás contento; eso si es que no te pasas la vida buscando sin llegar a aceptar a ningún amigo.

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