Mónica Redondo

Cuando el caballero Sant Jordi salvó a la princesa del dragón, clavó su espada en el corazón de la bestia y de la sangre brotó un rosal, del cual el caballero regaló una rosa a la princesa liberada. La leyenda medieval se sigue conmemorando en la cultura catalana con el Día de Sant Jordi, la famosa fiesta del libro en Cataluña en la que se ha convertido en tradición regalar un libro y una rosa.

Parecería imposible pensar que esta leyenda pudiera celebrarse con mariachis y tacos. Sin embargo, la tradición se ha ido expandiendo a lo largo de los años a lugares como la Ciudad de México, donde cada 23 de abril se celebra la Fiesta del Libro y la Rosa en honor a la fiesta catalana.

Hace nueve años que el país se fijó en Sant Jordi para conmemorar el Día Internacional del Libro, una festividad promovida por la UNESCO para conmemorar los fallecimientos de Miguel de Cervantes, William Shakespeare y Garcilaso de la Vega en la misma fecha en el año 1616. Esta vez, la celebración coincide con los 100 de Juan Rulfo, los 50 de la novela Cien años de soledad de Gabriel García Márquez y 50 del asesinato de Ernesto Che Guevara.

"Además de celebrar la fiesta del libro, tomamos además lo que hacen en Barcelona el día de Sant Jordi y regalamos una rosa con un libro. Conocemos la leyenda y la asociación catalana en México tiene un stand y también hacen algunas representaciones", explicó Imelda Martorell, coordinadora de la Fiesta del Libro y la Rosa de 2017 en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En uno de los escenarios, un hombre con una careta de dragón explica la leyenda del famoso caballero Sant Jordi a los asistentes. Además de la celebración, la UNAM también contacta con los catalanes en México para que organicen actividades que expliquen la tradición. Al evento acuden también muchos de ellos que viven en México, como Sara, quien lleva tres años viviendo en la capital mexicana. La Fiesta del Libro y la Rosa es "una manera de acercarte a casa, para nosotros el día de Sant Jordi es especial, y poder ir a elegir un libro y llevarme una rosa me hace sentir muy bien". Lo único que falta en este día es el la parte familiar, explica la catalana, pero en cuanto al evento "creo que para estar a 10.000 kilómetros de casa no le falta mucha cosa. No es un Sant Jordi como allí, pero se acerca mucho".

Además de las representaciones de la leyenda de Sant Jordi, la universidad es la encargada de llevar a cabo las celebraciones y organizan desde talleres hasta conferencias y conciertos en el espacio de la UNAM, subrayó Martorell en entrevista con Hipertextual.

Queremos que se convierta realmente en una fiesta con conciertos, charlas y especialistas en literatura de primer nivel. Creo que esta celebración está teniendo cada vez más arraigo entre toda la población. Antes las actividades duraban un día o dos y este año van a ser tres días.

En Cataluña, el negocio de las rosas es uno de los más demandados por las aproximadamente 6 millones de flores que se venden durante el 23 de abril. Miles de jóvenes son contratados por un día por agencias que ponen los stands en la calle con las rosas, las cuales suelen costar entre 2 y 4 euros, y los vendedores se llevan una pequeña comisión por cada una que venden. En México, las rosas son completamente gratis.

El departamento de difusión cultural de la UNAM pone a disposición de las editoriales el número de rosas suficientes para los clientes y, por la compra de cada libro, regalan una rosa. El número de personas en la celebración y los conocedores de la tradición no son tantos como en Cataluña, aunque en la edición del año pasado acudieron 25.000 personas.

Garuyo

A Maria del Carmen no le ha regalado una rosa su novio, algún amigo o familiar como dicta la tradición en Cataluña. Sin embargo, lleva muchas rosas en la mano porque compró varios libros en uno de los stands del evento. "Me han contado que el regalar rosa es una tradición de allá, la verdad es que no la conocía pero me parece muy bonito y me alegra que también lo estemos haciendo aquí en México".

A pesar de la buena asistencia, la sociedad mexicana no parece ser una ávida lectura. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publicado en abril de 2017, de cada cien personas, 45 leyeron al menos un libro durante los últimos 12 meses y el tiempo de lectura promedio fue de 38 minutos por sesión. El número de libros promedio que leyeron los mexicanos en 2016 fue de 3.8 anuales, un resultado inferior al de otros países de América Latina. Las estadísticas no son las mejores, pero Imelda Martorell sostiene que las encuestas han subido y que el panorama no es tan malo como parece.

"Es un país en general con muchos problemas y eso no permite en algunos sectores que la gente se acerque a las actividades culturales. Sin embargo, nosotros trabajamos con universitarios y con escuelas y estamos formando círculos de lectura y talleres de redacción oral. Para que este país salga adelante, tenemos que hacer que todos lean, para que un país tenga a gente que lea, escriba, y conozca lo que está pasando".

En los nueve años que se celebra esta fiesta en la capital mexicana, el número de asistentes ha ido en aumento y cada vez son más los que llegan hasta la UNAM para visitar la famosa feria del libro. El día de Sant Jordi es una de las celebraciones más emblemáticas en Cataluña y, cada año que pasa, son más los mexicanos que conocen la tradición y la adoptan. En México, el 23 de abril, no faltan ni libros, ni rosas.

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