Con la impresión 3D la complejidad es gratuita. A la impresora le da igual si el objeto tiene una forma rudimentaria o compleja, lo que abre la puerta a nuevos diseños y fabricaciones nunca antes pensadas. El mundo que puede crear la impresión 3D es, por el momento, difícilmente imaginable, no cabe duda. Actualmente las dentaduras postizas, audífonos intrauriculares, coronas, implantes, y las prótesis de rodilla o cadera se apoyan en gran medida en la impresión 3D, ya que aprovechan al máximo el potencial de hacer un objeto único para unas necesidades únicas. En el futuro podremos cultivar tejidos y reproducirlos, para que en algún momento no seamos capaces solo que imprimir huesos resistentes, sino órganos completamente funcionales que salven vidas.

Sin ir más lejos, en España, iniciativas recientes como la de BQ, en colaboración con el Hospital Virgen del Rocío, llevan años ayudando en complicadas operaciones. Gracias a la Witbox 2, los cirujanos pueden recrear el corazón de cada paciente, que es único e irrepetible, para estudiarlo a fondo e imitar una situación real.

Isaac, el protagonista de esta historia. Fuente: BQ

Otra de las historias más optimistas en este sentido es la de Isaac, un chico de Uganda con una malformación congénita en la mano izquierda al que una prótesis impresa con una Witbox de BQ y la asesoría de la marca le ha cambiado la vida. Los artífices de este proyecto son Santiago y Eduardo, dos voluntarios de África Directo, que descubrieron el potencial de la impresión 3D gracias al proyecto Enabling the Future y decidieron crear prótesis para ayudar a los niños ugandeses con discapacidades. Gracias a la prótesis, Isaac puede coger cosas, algo que nunca imaginó y además ha empezado una formación profesional para ser mecánico. Además de Isaac están trabajando con otras personas como Felicia, una chica de Malaui que perdió sus dos brazos en un accidente de tráfico.

La impresión 3D te permite diseñar una mano a bajo coste y hacerla en el terreno. Te permite crear, crear y crear. Después de tres o cuatro modelos, llegaron a la que usa hoy Isaac, una maravilla, una mano funcional. La motricidad es completa, nos falta desarrollar un poco la motricidad fina, como escribir o utilizar un destornillador. Pero en las prótesis de alto coste también es complicado. Precisamente en prótesis caras tampoco está tan conseguido, detalla Eduardo.
Witbox. Fuente: BQ

En este tipo de prótesis, imprimir un dedo solo toma un par de horas y el coste medio del mismo es de alrededor de 2 euros, llegando a los 20 euros para el total de la mano, en el caso de Isaac poco más de 10 euros. El impacto de Internet hoy en día permite que cualquier persona pueda colaborar en el diseño por medio de plantillas o crear por sí misma una prótesis, todas las herramientas están fácilmente localizadas en el mercado, repercutiendo en beneficio de la comunidad. Hace unos meses, Avi Reichental nos explicaba cómo en pocos años la impresión 3D será democratizada entre la gran mayoría de personas, que tendrán una en su propia casa, al igual que ahora un televisor.

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