El carro permanecía polvoriento y sucio detrás de un largo descanso mensual que nos hacía preguntarnos si era correcto o no vandalizar la nueva estatua del estacionamiento.

No teníamos más remedio, buscando entretenimiento mientras nuestro vehículo luchaba por encender empezamos a marcar con nuestros dedos el armazón blanco. Y entre ventanas que marcaban mensajes como "SOS Venezuela" —el chiste recurrente de la época— y ciertas acusaciones serias sobre su madre, pudimos abandonar el estacionamiento en paz.

Le dimos una lección al sujeto: cuida de tu carro o serás visitado otra vez. Y la mañana siguiente el hombre se encontraba hablando con mi madre muy preocupado, y advirtiéndole que por la cercanía de nuestro vehículo nosotros podíamos ser los siguientes.

—Mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos más cerca.

Por mucho que me reí, poco sabía del enorme error que estaba cometiendo.

Algunos encuentran la inspiración en figuras detalladas de partes masculinas sobre un parabrisas, pero si vives en Moscú podrás encontrar ese elemento que mejore tu día en el maravilloso arte del ilustrador Nikita Golubev —no que el dibujo de miembros sea menos importante—.

Si bien ya hemos cubierto diversas obras de arte realizadas con materiales inusuales, finalmente llega una que nos da la perfecta excusa para dejar de lado esos costosos autolavados —y mudarnos a Rusia—. Donde tendremos finalmente la única persona en el mundo que se preocupa por dejar arte en vez de insultos y los hermosos dibujos inspiradores en formas alargadas y desproporcionadas.

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