Google compró YouTube en 2006 por unos mil millones de dólares. En aquel momento podía parecer caro, igual que nos pareció cara la compra de Instagram por parte de Facebook y ha acabado siendo incluso muy barata. Igual que nos pareció cara la compra de WhatsApp por parte de la misma Facebook y cada día queda menos para que se convierta en plataforma empresarial y llegue su explosión comercial. En el caso de YouTube, los números de ventas que le han acompañado en los años posteriores a la adquisición hablan por sí solos: fue uno de las operaciones más rentables de la historia de la red.

YouTube TV

Once años después, YouTube se ha convertido en un gigante que acapara como estándar el vídeo doméstico, semiprofesional y la difusión de contenidos de toda índole. Sin una gran repercusión aún, pero dando los pasos necesarios, también ha abierto la veda de los canales de pago mensual por suscripción, como el caso de beIn Sports para la emisión de partidos de fútbol. Pero fue durante los últimos compases del mes de febrero, cuando dio el anuncio más importante que se le recuerda: YouTube TV.

De momento no saldrá de Estados Unidos, y el proceso de adaptación será largo, pero cualquiera con menos de catorce dioptrías puede ver que tiene ante él el futuro de la televisión en directo. Matizamos "en directo" porque hablar del futuro de la televisión como el modelo de Netflix es algo muy de 2010, y ya estamos en 2017, donde Netflix no es "el futuro", sino un presente más que asimilado. Pero, siempre pero, Netflix no es el final: al modelo 100% bajo demanda necesita acompañarle un modelo pasivo, donde el espectador pasa canales hasta encontrar la emisión de algo que le apetezca ver, sin tener que reproducir de forma activa un contenido concreto, como cuenta Ángel Jiménez en "YouTube tiene lo que Apple desea".

¿Y si Alphabet decidiese replicar YouTube en España?

¿Y si Alphabet decidiese replicar YouTube TV en España? A su favor juega que Netflix y HBO le han allanado el camino de habituar al consumidor a pagar por contenidos en vídeo. Y las operadoras, a que la televisión de pago no es barata. También hay con otro factor a tener en cuenta: la imagen de marca que tiene YouTube y la experiencia que suele ofrecer está muy por encima de la mayoría de ofertas comerciales de televisión de pago. Es decir, de las operadoras.

YouTube ha visto los encantos de Spotify, Apple Music o Netflix, en este último caso que directamente invita a compartir contraseñas y habilitar cuentas familiares y extrafamiliares, con varios usuarios. En su oferta se incluye la posibilidad de usar YouTube TV en hasta seis cuentas por los 35 dólares mensuales que cuesta. Esto dejaría un precio de menos de seis dólares mensuales por usuario si se comparte con amigos, o menos de doce si queremos utilizar un par de cuentas por hogar. A ese precio, acceder a todos estos contenidos en directo no tiene rival:

YouTube TV

Con esa arma, y lo antes mencionado sobre YouTube en España, se hace pensar que del lado del usuario no tuviese opciones de triunfar a medio plazo. Con una bondad extra: para ser cliente de la televisión de una operadora, hace falta tener también la conexión doméstica de dicha operadora. Y si no queremos perder dinero, también la línea móvil, o las líneas móviles familiares. Las ofertas convergentes, en su cuarto año de vida, han arrasado. Y con ellas, los corrales en los que nos quieren tener las operadoras, con toda la lógica del mundo. Con YouTube TV nos quitaríamos este problema de un plumazo y llevaríamos la esencia de Netflix y HBO -acceso a contenidos independientemente de quién sea mi proveedor o qué servicios asociados tenga- a la televisión en directo.

En Estados Unidos se estiman unos 170 millones de usuarios activos mensuales de YouTube. Es decir, algo más de la mitad de su población. En España esta cifra está en torno a unos 18,7 millones. Es decir, bastante menos de la mitad de su población. ¿Podría YouTube repetir el modelo de TV en España? El movimiento base sería comprar los derechos de retransmisión de varios canales de pago de los que ahora están en el catálogo de las operadoras: FOX, AXN, MTV, Eurosport, etc.

Alphabet no cuenta con el calzador de las operadoras, quienes integran de forma casi inevitable sus servicios de televisión junto a la fibra y el móvil.

A partir de ahí, el juego pasaría por diferenciarse. Alphabet no cuenta con el calzador de las operadoras, quienes integran de forma casi inevitable sus servicios de televisión junto a la fibra y al móvil. En su caso debe ser el usuario el que, por voluntad propia, decida pagar por YouTube TV; y la única forma de lograrlo es ofreciendo contenido único.

Algunas apuestas seguras son el fútbol, la NBA, Juego de Tronos o House of Cards. El problema es el elevado coste que estos conllevan: pujar por el deporte es extremadamente caro, y las series más populares del momento son, en gran medida, propiedad de Netflix o HBO, quienes ya ofrecen sus propias plataformas de suscripción y distribución de contenidos en España. Esta situación deja varios caminos diferentes (aunque compatibles):

  • Apostar por el contenido propio. YouTube tiene en su poder algo único: una comunidad de usuarios y creadores excelente. Apostar por contenidos propios protagonizados por sus principales estrellas podría ser una buena forma de diferenciarse. Ya lo hacen con el servicio YouTube RED, aunque la ejecución y los resultados están siendo mixtos.
  • Pujar junto a las operadoras. Hacerse con el fútbol, la NBA y otros contenidos populares genera ese atractivo e interés que YouTube TV necesita para ganar tracción, pero ese camino es más costoso (económicamente) y, sobre todo, cortoplacista.

Una vez solventado el gran obstáculo del contenido, YouTube se encontraría ante una oportunidad de negocio única en España. El público joven, su mayor fuerte, es quien más rechaza el formato tradicional de televisión. Prefieren los contenidos selectos, a la carta y en una plataforma más versátil y familiar.

YouTube TV
El fútbol puede ser una de las mejores formas de atraer a usuarios.
Si YouTube recoge los contenidos que funcionan (las competiciones deportivas, las series de estreno, los programas trending, etc.) y los "reempaqueta" en su propia plataforma, junto a los vídeos que miles de youtubers de todo el mundo distribuyen, la plataforma de Google se convertiría en el centro de ocio por excelencia para el público joven. Si además permite al usuario escoger los contenidos de su suscripción de una forma más selectiva e individualizada que los clásicos paquetes que Movistar+, el público joven estaría ya en el bolsillo de YouTube. Eso sí, Alphabet tendría que ir más allá del modelo estadounidense. Un pack de canales premium no es suficiente para desbancar a Netflix y las operadoras, que calzan aun más contenidos junto a servicios básicos como la fibra o el móvil. La apuesta por el contenido propio, la puja por las grandes retransmisiones y el foco en el público joven, en cambio, sí.

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