En apenas veinte años, la democratización de internet, el ordenador personal y el smartphone han cambiado por completo la forma en la que se viaja. Las agencias de viaje, los mapas y las recomendaciones tradicionales han abierto paso a soluciones mucho más dinámicas, cómodas, versátiles y, en algunos casos, económicas.

Desde un simple teléfono móvil es posible organizar un viaje al extranjero en cuestión de minutos. Las aplicaciones disponibles en Google Play y App Store permiten recibir notificaciones sobre bajadas de precios en vuelos y hacer reservas. También permiten hacer check-in en vuelos e incluso llevar la tarjeta de embarque en el propio teléfono móvil.

Desde un simple teléfono móvil es posible organizar un viaje al extranjero en cuestión de minutos

Lo mismo sucede con los hoteles. La democratización del smartphone y de internet ha abierto puertas a precios más competitivos y a reservas más eficientes y rápidas. Desde el vagón del metro y en cuestión de segundos puedes reservar una habitación en el hotel más popular de Londres. Ni llamadas telefónicas ni visitas a agencias de viajes.

Una vez en el destino, las soluciones de cartografía implementadas en los teléfonos móviles y los relojes inteligentes resultan más eficientes y sencillas que el clásico mapa turístico plegado cuya extensión real es de diez metros cuadrados. Basta con abrir una aplicación en el teléfono, introducir el destino y seguir las indicaciones.

Una vez en el destino, encontrar lugares de interés es tan sencillo como abrir la aplicación TripKing, que reúne todos los puntos relevantes de cada destino y actúa como guía de viajes personalizada. Ahí encontrarás restaurantes para cenar, monumentos, museos y cualquier sitio destacado de la ciudad.

Esta guía, en combinación con aplicaciones de navegación como Google Maps, simplifican los procesos de viaje hacia cualquier destino. Hace veinte años, desplazarse a través de una ciudad consistía en guías turísticos o en mapas plegables de una longitud considerable. Con la democratización del smartphone es tan sencillo como abrir una aplicación e introducir el destino.

Aplicaciones como TripKing recogen todos los puntos relevantes de miles de ciudades en una simple aplicación para un teléfono móvil. Hace veinte años, algo tan sencillo y eficiente era impensable.

La comunicación es otro de los aspectos que se han visto beneficiados por la llegada de la tecnología. Disponer de traductores en tiempo real en el teléfono simplifica cualquier proceso de comunicación en países extranjeros.

Asimismo, las aplicaciones de mensajería y las redes sociales han revolucionado por completo la forma en la que compartimos las vivencias con los allegados. Facebook, Twitter, Instagram o WhatsApp son algunos de los “puntos de reunión” en los que las personas muestran e interactúan sobre sus viajes, enriqueciendo sus experiencias y sus relaciones con las personas de su entorno.

Gran parte de esas vivencias en redes sociales se comparten utilizando fotografías tomadas con la cámara del smartphone, impensable hace menos de diez años. Y es que los teléfonos móviles actuales ofrecen imágenes de una calidad equiparable a DSLR de gama baja —el iPhone 7 Plus es el mejor ejemplo—.

Audioguias, check-ins, tarjetas de embarque, guías de viaje, reserva de vuelos, cámaras fotográficas… La tecnología —especialmente el smartphoneha revolucionado en múltiples planos la forma en la que viajamos. Gracias a un único dispositivo es posible ser más eficiente en los viajes, ahorrar dinero, tener menos frustraciones y, en general, disfrutar más de la experiencia que supone viajar.

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