Christopher Nolan empezó su carrera como cualquiera, grabando cortos terribles para aprender, a través del infalible método de ensayo y error, las técnicas cinematográficas necesarias para estructurar películas trascendentales. Si has visto al menos un par de joyas de su filmografía, apostamos que te diste cuenta de su enorme talento e imaginación.
Eso sí, debería dejar de trabajar con su hermano, Jonathan Nolan, de una vez por todas. Los guiones de este individuo carecen de la consistencia narrativa que le da cohesión a las películas de Christopher.
En Inception, Christopher Nolan escribió el guion y dirigió la cinta. Dicho filme es considerado por muchos como su mejor película hasta la fecha. Por otro lado, en el caso de Interstellar, los críticos atacaron con fuerza las licencias lógicas del guion. La cinta en general es un portento técnico y creativo maravilloso. Pero el guion es un simple "meh".
Sin la genialidad que ejerce Christopher Nolan cuando dirige un proyecto, el guion se hubiera quedado corto en manos de cualquier otro director menos experimentado.
Nolan es conocido por alcanzar niveles de esfuerzo y dedicación descomunales para llevar a cabo sus películas. Para Inception, mandó a construir una masiva estructura rotatoria para la escena en que Joseph Gordon Levitt pelea con una proyección mental en gravedad cero.
No escatimó en esfuerzos cuando le tocó filmar Interstellar. El equipo entero viajó hasta parajes remotos de Islandia para grabar las escenas en las que el grupo protagonista de astronautas investiga planetas desconocidos. Otro director menos apasionado probablemente se habría conformado con poner a sus actores a interpretar sus papeles frente a una pantalla azul a lo "El Libro de la Selva". Nolan decidió armarse de valor y persistencia, llegando a filmar en lugares increíbles. Interstellar es una película tan mágica gracias a decisiones creativas como esta.
