Mass Effect Andromeda llega con el peso de ser una de las entregas más importantes del género: una galaxia entera por explorar en la que se combinan multitud de géneros para prometernos la aventura espacial más épica de los últimos años. ¿Lo conseguirá?Dicen que, los que estamos viviendo estos tiempos convulsos, hemos nacido demasiado tarde para explorar nuestro planeta y demasiado pronto para explorar el cosmos y conquistar otros mundos. Pero seguimos intentándolo, soñando con ello. Ir más allá de nuestro satélite y de los confines del sistema solar. Enviamos máquinas a las que algún día, y a diferencia de lo que pasará en la tierra, les sustituirá un humano. En definitiva, seguimos siendo exploradores.

Esto es lo que, precisamente, BioWare ha venido haciendo con Mass Effect, apelar a esa esencia de explorador que todos llevamos dentro y transportarnos a otros universos. Al nuestro, pero a su forma. Convertirnos en exploradoras, en ese niño que quiere ser astronauta. Este es, quizás, el tema más manido de la ciencia ficción y aún así, el que más pasiones levanta entre los que miran al cielo y se fijan en las estrellas.

Pocas historias apelan a esa exploración espacial, a esa construcción de mundo vivos y de universos, y en definitiva, a la idea de que no estamos solos en el universo como Mass Effect. Por eso, la franquicia de BioWare levanta tantas pasiones, por saber condensar todas esas pretensiones del niño explorador que el cine no ha apelado con suficiente profundidad.

Mass Effect: Andrómeda nos pone en ese punto. En un viaje a los desconocido para explorar la galaxia vecina y encontrar un nuevo hogar para el ser humano. De volver a ser los pioneros, y de ponerse el traje y las botas y conquistar otros mundo. Ese es el punto de partida, la historia de este Mass Effect que abandona la serie numerada para constituirse como una suerte de spin-off.

Un nuevo comienzo con la idea en la cabeza de hacer sentir al jugador como ese explorador que quería ser cuando era niño, y en definitiva, de entregarnos sin concesiones uno de los universos más ricos de toda la franquicia y uno de los títulos de ciencia ficción con mayor carga narrativa y profundidad argumental que hemos visto en los últimos años.Mass Effect: Andrómeda nos pone en la piel de un explorador, en un futuro plausible y no excesivamente lejano, a bordo de la Tempest, un nave espacial masiva que alberga a 20.000 personas. ¿La misión? Explorar la galaxia vecina Andrómeda en búsqueda de un planeta que sirva de nuevo hogar para la raza humana, y se sume así al resto de colonias que la humanidad tiene repartidas por el universo.

Lógicamente, (e incluso sacando algún paralelismo con Passenger) las cosas se van pronto al carajo y nuestra misión de explorar la galaxia empieza con prisas. En este punto, recibimos el control del juego y empieza nuestra aventura. Es importante tener en cuenta que, por mucho tiempo que haya pasado, y por muchos cambios introducidos en el juego, sigue siguendo un Mass Effect, y ya desde el minuto uno, el sistema de exploración, el de multi-conversación y de toma de decisiones va a estar ahí. Lo cierto es que desde los primeros minutos de juego, el apartado técnico brilla por sí solo, y pasear por la Tempest, antes incluso de poner los pies en un planeta, ya nos dice que que estamos ante una aventura épica, al menos en cuestión de apartado gráfico y rendimiento. Pero igual qué sirven unos pocos minutos para maravillarnos con las posibilidades de Mass Effect Andrómeda, también salta a la vista que las animaciones faciales, para un título tan importante, no están a la altura del resto del juego. ¿Por qué digo esto ahora? Pues porque desde él principìo es algo que llama terriblemente la atención, y pese a que todo los detalles del juego está muy cuidados, esto clama al cielo y nos saca constantemente de la experiencia de juego. Y es que en Mass Effect vamos a interactuar mucho (muchísimo) con el resto de personajes del universo, y quitando las razas alienígenas, las animaciones faciales de los humanos dejan bastante que desear.

Dejando de lado este pequeño escollo, y obviando cualquier detalle de la historia del juego, que cada uno tendrá que explorar y descubrir -pues esta es la esencia misma del título de BioWare-, Mass Effect: Andrómeda nos pone ante nosotros una de las aventuras de ciencia ficción más amplias, tanto en escenarios y duración, como profunda y llena de posibles, una de las bondades del punto y aparte que han puesto en marcha sus creadores.

Si la trilogía original (con ese final que todos recordamos), utilizaba un cierre que decía adiós a esos mundo de guerra, Andrómeda nos ofrece un nuevo comienzo que los más parecido a un nuevo comienzo que a la continuidad y comodidad de lo conocido, pero a la vez todo se siente conocido. Hay cosas que no han cambiado, la gestión del inventario y en definitiva, la interfaz del juego, sigue siendo terrible en todos los sentidos, y estéticamente deja bastante que desear, pero el reinicio ha dado la oportunidad a BioWare de explorar nuevas posibilidades jugables.

No obstante, y siguiendo con la herencia del pasado, el fuerte de Mass Effect y BioWare, y que sigo intacto en Andrómeda, es la historia y los personajes. Una nueva galaxia ofrece nuevas posibilidades, y lo cierto es que el fuerte de Mass Effect sigue intacto aquí. La historia, o al menos desde el punto de vista narrativo, sigue enganchando como antaño, aunque en mi caso la he encontrado algo más pobre en términos de profundidad narrativa (y esto es una apreciación 100% personal). A pesar de que el desarrollo narrativo sigue siendo marca de la casa, la forma de contar historias o presentar el trasfondo de sus personajes, sí que he encontrado que las decisiones y algunos de los movimientos del juego no tienen un impacto tan significativo en el desarrollo de la historia, suponemos que para evitar dramas como los del final de Mass Effect 3 que tuvo que ser parcheado con un DLC por las críticas de los usuarios.

Desgraciadamente, y quitando la campaña principal que, efectivamente, saca lo mejor de Mass Effect Andromeda, la lista de secundarias, que abundan, están muy lejos de ofrecer algo realmente nuevo. La mayoría de misiones tienen el clásico calado de recadero (ve allí, escanea esto y listo) qué aportan nada o casi nada al desarrollo de los personajes y que en muchas ocasiones acaban siendo una trama que obviar en un juego de estas dimensiones, salvo algunas muy determinadas. El problema es que el sistema de materiales y de subidas de nivel obliga, en muchas ocasiones en hacer concesiones a estas misiones secundarias y en muchas de ellas se siente que estamos perdiendo en tiempo para nada. La mayoría, por hacer un resumen básico se sienten como: ve a la otra punta de mapa, escanea esto y listo.

No obstante, hay algunas cosas que han cambiado, para bien, en este Mass Effect y que aportan bastante en lo jugable. Ahora podemos especializar nuestro personaje hacia cualquier tipo de clase y las armas, habilidades y movimientos no están anclado a una clase determinada. Además, el juego nos permite cargar loadouts en tiempo real en mitad de la partida y adaptar nuestro personaje al estilo de juego en cada momento. La armas son variadas y, según avanza el juego, empezamos a tener un poder casi devastador, que unido a la lista de habilidades disponibles, conforma un gameplay bastante divertido en el que abundan situaciones espectaculares basada en nuestra propia acción. Y es que el combate es de las cosas más gratificantes que tiene Mass Effect Andromeda.

Además, el desarrollo general del juego es interesante: se basa en la exploración y nos da total libertad de movimiento. Los espacios son variados y los escenarios cambiantes según el planeta, lo que hace que en todo momento estemos descubriendo algo nuevo. Si bien es cierto que peca del abuso de recorrido de distancias al estilo sandbox (recordemos que en título utiliza mini-sandboxes para cada destino) el uso de vehículo y los cambios en las condiciones climatológicas y sistémicas aportan un valor diferencial a la hora de explorar los diferentes entornos, por mucho que se trate de una dinámica muy vista en el género.

El multijugador toma, de nuevo, el concepto más interesante para este tipo de título en los que el competitivo no tiene cabida por mecánicas. Mass Effect Andromeda ofrece el ya clásico modo horda bastante bien resuelto y bastante divertido, pero poco más que no hayamos visto nada. Es un añadido interesante, pero en este caso tampoco es que sea un teclado especialmente dedicado para el público alejado de la franquicia. Las opciones de cooperativo nos parecen más interesantes si cabe, y desde luego aporta mucho más en lo jugable por muy bueno y bien resuelto que nos parezca el modo horda en este título.

Desgraciadamente, lo bueno de Mass Effect Andromeda termina aquí. Hay muchos detalles interesantes, pero el conjunto de ellos, la visión general, nos dice que esto ya lo hemos visto antes. El título mantiene la mayoría de las mecánicas que hemos visto en las entregas anteriores y aporta cosas nuevas a la franquicia, pero muchas de ellas, que son su base más importante, se sienten anticuadas y, para un título que aportaba mucho cuando llegó por primera vez al mercado, y lo siguió haciendo en entregas posteriores, hubiera sido interesante algo más de riesgo a la hora de introducir cambios de más calado. Quizás lo que más se puede recriminar al título es que todo lo grande que tiene en sus dimensiones y profundidad de los personajes, lo obvia en algunas de las cuestiones más determinantes en un videojuego que lleva impreso las letras de Mass Effect: que consiga sorprender en cada momento. El problema es que Mass Effect Andromeda no brilla, ni de lejos, tanto como lo hacían las entregas anteriores.

YouTube video

Conclusión

Mass Effect Andromeda aporta detalles nuevos pero no sobresale en ninguno. Algunas de las cosas que hicieron grande a la franquicia siguen presente, pero más allá de algunos cambios en el sistema de combate y en las mecánicas de clase, no aporta mucho más genero. Tiene algunas aspectos destacables, como la variedad de escenarios y el sentimiento de exploración y destaca especialmente en el apartado jugable: se sigue sintiendo como un Mass Effect.

No obstante, los claros problemas en las animaciones que te sacan constantemente del juego, las misiones secundarias repetitivas de esas de cantidad en vez de calidad, y la repetición constante de mecánicas, empañan a un título que, con unas pinceladas, podría haber sido la entrada de la franquicia a la nueva generación a la altura de su pasado.

Pros

  • Destaca en lo jugable.
  • Los cambios en el sistema de clases.
  • El modo horda y el cooperativo.
  • La variedad de escenarios y libertad de exploración.
  • Rendimiento general del juego.

Contras

  • No innova tanto como los anteriores.
  • Las animaciones en general y las faciales en particular.
  • Misiones secundarias abusivas y repetitivas.
  • Repetición sucesiva de mecánicas y situaciones.

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: