Edgar Allan Poe ha fascinado a generaciones completas con sus obras. Sus cuentos y sus poemas son parte del imaginario colectivo y ha inspirado profundamente a creadores de todas las artes. Además de sus obras literarias también fue crítico y periodista.

Siempre vale la pena conocer los procesos creativos de los autores que admiramos, ya sea por mera curiosidad como por ajustar nuestros propios procesos al escribir. Como los consejos de Stephen King y otras recomendaciones que hemos recopilado en Hipertextual, tanto para leer más como para escribir más y mejor.

Así pues, Edgar Allan Poe escribió un ensayo titulado "The Philosophy of Composition" (en este link puedes leerlo en español). En donde no solo explica su proceso creativo sino que pone de ejemplo el archifamoso poema "El Cuervo" para demostrar como la confección de esta obra no es producto de un "sutil frenesí". En sus palabras:

Escojo para ello "El cuervo" debido a que es la más conocida de todas. Consiste mi propósito en demostrar que ningún punto de la composición puede atribuirse a la intuición ni al azar; y que aquélla avanzó hacia su terminación, paso a paso, con la misma exactitud y la lógica rigurosa propias de un problema matemático.

A lo largo del ensayo, que vale la pena leerlo completo, expone al menos siete importantes consejos para escribir poemas y novelas.


  • Conocer el final. Poe aconseja plantear el final de la obra "antes que la pluma ataque el papel" (claro, en nuestro caso de escribir en cualquier plataforma). Asegura que:
Sólo si se tiene continuamente presente la idea del desenlace podemos conferir a un plan su indispensable apariencia de lógica y de causalidad, procurando que todas las incidencias y en especial el tono general tienda a desarrollar la intención establecida.
  • Establecer la dimensión. Poe expresa que debemos considerar el tiempo que llevará nuestra obra a ser leída. En cuanto a los poemas, dice que si son demasiado extensos para ser leídos en una sola sesión "los asuntos del mundo, y todo lo que denominamos el conjunto o la totalidad queda destruido automáticamente".
  • Establecer la impresión o efecto que se quiere conseguir. En este punto, Poe insiste en tener claro el efecto que se desea causar a los lectores y los alcances de la obra. Él dice que con "El Cuervo" tuvo "siempre presente la voluntad de lograr una obra universalmente apreciable". Vaya que lo logró.

  • Determinar el tono. El tono se refiere a todo aquello que tiene que ver con la actitud de la voz que se utiliza en una obra. Es decir, establecer cómo se contará la historia, puede ser: informal, solemne, irónico, por decir algunos ejemplos. Poe explica que la repetición obstinada de la famosa frase en "El Cuervo", "Nunca más" la eligió por su fonética tanto como por sus cualidades conceptuales. Su objetivo: conseguir un tono melancólico.

  • Determinar el tema y los personajes de la obra. Explica que para este punto se preguntó cual es el tema más melancólico de tos, uno que lo entiende universalmente la humanidad. "Respuesta inevitable: ¡la muerte!" Por tanto decidió escribir sobre "un amante que llora a su amada perdida".

Poe asegura que solo después de todas estas cavilaciones decidió tomar la pluma por primera vez para comenzar a escribir este poema que pasaría a la historia.

  • Establecer un clímax. Con los primeros trazos de la obra que estamos escribiendo, Poe aconseja establecer el clímax de la obra y, claro, alcanzar el final que ya establecimos. También dice sobre la originalidad:
no es en manera alguna, como suponen muchos, cuestión de instinto o de intuición. Por lo general, para encontrarla hay que buscarla trabajosamente; y aunque sea un positivo mérito de la más alta categoría, el espíritu de invención no participa tanto como el de negación para aportarnos los medios idóneos de alcanzarla.
  • Establecer el escenario. Este es un peculiar consejo pues muchas veces se establece como algo primordial por otros escritores. Sin embargo, Poe sugiere ocuparnos por este punto sólo hasta tener definidos los puntos anteriores, anteponiendo la intención, el final y el climax. Tal vez para ir tomando control de lo que deseamos escribir e instalar el escenario con la idea muy clara. Así lo explica de "El Cuervo":
Decidí situar al amante en su habitación, en una habitación que había santificado con los recuerdos de la que había vivido allí. La habitación se describiría como ricamente amueblada: con objeto de satisfacer las ideas que ya expuse acerca de la belleza, en cuanto única tesis verdadera de la poesía.
Así pues, en dicho ensayo sigue explicando el proceso creativo para su poema y nos da una idea clara de por qué habla de un "cálculo matemático", la razón por la que tomó determinadas decisiones en su obra no son producto de una simple inspiración sino pasos decisivos y concisos para conseguir lo que deseaba con esa obra. Grande, Poe.

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