Tienes enfrente una caja, en su interior se halla un gato junto a un "mecanismo diabólico", existe un 50% de posibilidades de que este mecanismo se active y mate al felino. En ese otro 50% habitan posibilidades infinitas. A menos que abras la caja para revisar, el animal estará tanto vivo como muerto a la vez.

Cada vez que escucho hablar de ese gato, empiezo a sacar mi pistola

Poco conozco de física cuántica, debo admitir que incluso dudo el significado de "cuántico", pero el experimento del Gato de Schrödinger ya ha sido discutido con detalle en Hipertextual.

Las posibilidades llegan a ser infinitas, y mientras la bendita caja permanezca cerrada cualquier cosa puede pasar. Ahora tomemos un poco de este contexto y viajemos al intrigante mundo de los universos paralelos, en este caso específico las ucronías —reconstrucciones alternativas de la historia—. Mientras nuestra imaginación permanezca abierta cualquier cosa puede pasar.

JURASSIC PARK, 1993. ©Universal/courtesy Everett Collection

Imaginemos por un segundo que la foto de arriba no es de Jurassic Park, simplemente se trata de un pobre empleado tratando de llegar a su trabajo sin las usuales y molestas interrupciones jurásicas —los dinosaurios serían el tráfico más emocionante de la historia—.

Claro que todo esto es posible gracias al inofensivo asteroide que nuestros antepasados con cola vieron pasar tranquilamente por la atmósfera. Y aunque ninguno estaba preguntando, sí, existe una página totalmente dedicada al mundo de los Trodonesdinosaurios súper-desarrollados que conquistan el viaje espacial (no estoy inventando nada de esto por cierto)—.

Al parecer mucha gente posee el hobby de las ucronías, pero más allá de un ejercicio literario, han establecido teorías que abarquen universos paralelos donde fantasías de posibilidades se materialicen.

Nuestra línea de tiempo es eso mismo, un mundo libre de Velociraptors y eventos tal y como los recordamos de la clase de historia. Ese asteroide inofensivo causó un fenómeno conocido como punto de divergencia, el momento donde las cosas se desviaron de nuestra propia narrativa y donde el autor tendrá completa libertad de imaginar los hechos que ocurrirían cuando los dinosaurios tomaron control y construyeron sus propias pirámides.

Ahora todo tiene sentido

Aquel amigo rodeado de miles de televisores y con una copia en VHS de la visita ultra-secreta entre alienígenas y ese Will Smith joven de Hombres de negro, sabrá muy bien los límites cósmicos que discutimos, porque si algunos fantasean con Hitler ganando la Segunda Guerra Mundial apenas tocan la punta del Iceberg.

Probablemente ese Iceberg que se derritió a tiempo para no hundir el Titanic y desencadenar una serie de guerras atómicas, está plagado de historias que ninguno de nosotros podría llegar siquiera a concebir individualmente.

Con canales de YouTube de alta calidad dedicados exclusivamente a visualizar una historia alternativa, la comunidad de internautas con mucho tiempo para gastar ha ensamblado una guía definitiva de las divergencias más notorias que representan la ucronía definitiva. Comenzando 65 millones de años atrás y llegando hasta el 2011 con la concepción de un Imperio Libio, la historia mundial se ve modificada en la forma más monumental posible.

Incluso el pasado puede modificarse; los historiadores no paran de demostrarlo.

Diría Jean Paul Sartre tratando de acusar la cualidad frágil de nuestra historia, y vaya que tenía razón, porque estos años de historia alternativa nos demuestran que esa frase de "El pueblo que no conoce su historia tiende a repetirla" puede moldearse a una frase como "El pueblo que conoce su historia puede crear fanfictions de ella" o algo por el estilo.

Hillary Clinton gana la presidencia e inicia la Segunda Guerra Civil por Twitter entre republicanos de Trump y liberales de Clinton. Todo termina en un holocausto nuclear.

El Gato de Schrödinger nos demostró que muchas de las leyes aplicables en la física cuántica son ridículas en el mundo real —obviamente ningún organismo puede habitar entre la vida y la muerte—, y mucho desde entonces se debe a nuestra capacidad de concebir las posibilidades y crear percepciones erróneas de esto.

Por eso "cada vez que escucho hablar de ese gato, empiezo a sacar mi pistola" y cuando leo una nueva ucronía —como la de mi paísdisparo esa arma de fuego hacia la ventana en busca de nuevas divergencias.

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