Estaba considerado el móvil más barato del mundo. Un dispositivo humilde para países emergentes que, dado su precio, se había convertido en noticia mundial por llevar especificaciones humildes a cualquier bolsillo del planeta. Pero todo era demasiado bonito para ser verdad, tanto que el Freedom 251, el teléfono más barato del mundo, solo era la imagen pública de una estafa piramidal.
Ringing Bells era la compañía detrás del Freedom 251, y lo cierto es que desde el principio la cosa no olía bien, por mucho que sus apenas 4 dólares por terminal mostrasen más esperanza para un mundo conectado que una solución de conectividad para los países emergentes. Y es que, como podemos leer en El Economista, Mohit Goel, el fundador, ha sido detenido tras haberse destapado una estafa repartida por varias regiones de la India. El caso, clásico, ha afectado a varios distribuidores del país, que tras formalizar y pagar los pedidos, no recibieron los terminales y tampoco la devolución del dinero.
De hecho, la propia ICA (Asociación India de Celulares) ya anunció que, viendo la hoja de especificaciones y los costes laborales de la India, el terminal no podía bajar de los 40 dólares de precio de venta, por lo que desde el principio el asunto de los cuatro dólares por terminal no encajaba, incluso, con los precios de una economía emergente, pero muy potente, como es la India ni con la subvenciones recibidas.
Sea como sea, la detención de Mohit Goel ha puesto de relieve cómo la estafa ha afectado a una buena parte de proveedores y, de momento, no parece que vayan a recuperar el dinero.