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Estas navidades pintaban como unas más para Alfredo Murillo, conocido en la biosfera tuitera española por ser el editor jefe de BuzzFeed España. Hasta que unas semanas antes de Nochebuena, paseando por Madrid con su hermana, encontró algo en una tienda del centro que le llamó la atención. Un viejo bote de farmacia con la inscripción "Farmacia Murillo. Fuente de Cantos".

Fuente de Cantos es un pueblo de Badajoz que apenas supera los 5.000 habitantes. En él se crió el abuelo paterno de Alfredo con su tío, quien regentaba la farmacia Murillo. Le ayudaba como aprendiz, y para él su tío se acabó convirtiendo prácticamente en su padre. La farmacia acabó pasando a su hija, prima del padre de Alfredo, quien heredó su nombre en honor de aquel farmacéutico. Tras aquello, la familia dejó de tener noticias de la farmacia, que fue vendida.

"Fuente de Cantos" y "Farmacia Murillo". Demasiada coincidencia como para no tratarse de aquella vieja farmacia llena de significado emocional. Demasiada nostalgia como para no interesarse por conseguir ese recuerdo familiar. Alfredo y su hermana preguntaron por el bote a la dependienta de la tienda e intentaron elevarlo a la encargada para tratar de hacerse con él, pero había demasiados escalones burocráticos que sortear al tratarse de una empresa grande antes de deshacerse de un componente del establecimiento. Y también cierto desinterés por parte del personal, que preferían no arriesgar ante alguien a quien desconocían.

Acabaron descubriendo que la decoración la suministraba directamente Loreal, que solía comprar a anticuarios ese tipo de objetos. Y que el bote en cuestión venía de París. "Imagínate las vueltas que ha dado antes de poder recuperarlo para mi familia", comenta Alfredo. El siguiente paso, intentar contactar directamente con la empresa. Al violín había que acompañar con mono de trabajo. La vía: Twitter. Por el camino, mucho apoyo de la gente para que fuese posible recuperar aquel recuerdo.

"Justo coincidió que llegaba la Navidad y que mi padre estaba algo bajo de ánimos, teníamos que intentarlo. Se le iluminó la cara cuando se lo contamos, ya pensaba que nunca podría tener ningún recuerdo de aquella farmacia, y de la forma más inesperada...". Mientras tanto, el tuit surtía efecto: se hicieron las gestiones oportunas en Kiehl's, y se dio luz verde a la operación. El viejo bote familiar iría a parar de nuevo a la familia Murillo.

Ahora sólo queda que Kiehl's contacte de nuevo con Alfredo para informarle de cuándo puede ir a recoger el bote. La idea es que forme parte del regalo de Reyes de su padre. A veces en Twitter las historias tienen un final feliz. ¡Feliz Navidad, familia Murillo!

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