El coche autónomo depende de su cerebro y de los sensores que lo rodean, sin ellos no existiría el coche autónomo y la combinación de cerebro y sensores le permitirán pensar, tomar decisiones y controlar el coche para evitar que un humano lo haga. Estas tres acciones serán las más importantes y lo que define al coche autónomo.

Pensando y tomando decisiones

El cerebro del coche autónomo se encuentra en el maletero. Allí, el equivalente a varios ordenadores de alta capacidad, generan 1 terabyte de información a la hora, más de lo que una persona normal generaría usando su smartphone durante 45 años.

Pero lo que verdaderamente supone sacar partido a la plataforma de cálculo, es el software desarrollado por compañías como Ford para su “conductor virtual”. Existen muchísimas variables que un coche autónomo tiene que procesar sobre la marcha: ¿Qué es lo que le rodea? ¿Qué es lo que otros conductores hacen? ¿Dónde va? ¿Cuál es el mejor camino? Al incorporarme a un carril ¿hay que acelerar o frenar? ¿Qué es lo que suponen mis decisiones a los otros coches?

coche autónomo
Sensores LIDAR colocados en el Ford Fusion (Mondeo) Hybrid

Los sofisticados algoritmos que los ingenieros escriben, procesan millones de datos por segundo, ayudando al coche autónomo a reaccionar de la forma que ha sido programado.

Controlando el coche

De la misma forma que el cerebro controla los músculos de las manos y los pies al conducir, en el coche autónomo las decisiones se transmiten a través de una red de señales electrónicas.

Esto supone intervenir en el software del coche, incluso, en su hardware, para que los impulsos electrónicos lleguen a la dirección, frenos, acelerador y transmisión. Para asegurar que todos los sistemas electrónicos y mecánicos funcionan como se espera, se necesita de una red semejante al sistema nervioso del ser humano.

Está claro que estas funciones adicionales, requieren de una gran cantidad de energía adicional. Un coche convencional de combustión interna no tiene la suficiente energía eléctrica para alimentar un coche autónomo, por lo que es necesario tomar energía de las baterías de alta capacidad que modelos como el Fusión (Mondeo) Hybrid, y en algunos casos no llega a ser suficiente. Así pues, la próxima generación de coches autónomos de ensayo, dispondrán de un generador adicional para poder abastecer de energía a los coches autónomos.

Este nuevo coche de desarrollo lleva a Ford un poco más cerca de su compromiso de ofrecer un coche autónomo para 2021 para uso compartido de personas o mercancías. Por ahora, el coche dispone de volante y pedales, elementos que el coche definitivo no tendrá.

En el futuro próximo, hay mucho que hacer. Una amplia flota de coches de ensayo acelera el ritmo de pruebas que ya se están realizando en las carreteras de Michigan, Arizona y California. Esperamos ampliar la flota, triplicando la cantidad de coches, hasta llegar a 90 este nuevo año. Empezaremos a oír más y más sobre la experiencia de usuario de un coche autónomo en uso compartido. Por ejemplo, saber qué hacer si un usuario olvida algún objeto personal en el coche o se deja las puertas abiertas.

Ford está trabajando muy duramente por ser el actor más importante cuando el coche autónomo gobierne nuestras ciudades, tienen una meta: 2021, un coche para probar su tecnología: el Fusion (Mondeo) Hybrid y la visión de que el sector del automóvil ya ha cambiado.

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