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En el mundo de los emprendedores, inversores y todos los que orbitan a su alrededor hay dos preguntas básicas. Esas que resuenan como una cacofonía y que tienen eco hasta al otro lado del Atlántico y, a veces, se antojan un tanto pesadas. La primera de ellas y referente al dinero: ¿para cuándo la primera o siguiente ronda de financiación? Motivo por el cual muchos emprendedores buscan desesperadamente ese nombrado dinero. La segunda, y a menudo más importante, ¿cuándo tenéis pensado vender la compañía?

Ese eterno debate en el que hay dos clases de emprendedores, por una parte los que son empresarios y deciden fundar y hacer crecer una empresa desde cero para convertirla en algo rentable y de lo cual sacar beneficio. Vivir de ellas a fin de cuentas y, si fuese posible, hacerlas grandes corporaciones. Y por otra parte aquellos denominados por algunos inversores y entre ellos Cabiedes, uno de los más renombrados del panorama español, como los emprendedores Peter Pan. Aquellos que, como el personaje de dibujos, no quieren crecer, hacerse mayores y, por tanto, enfrentarse a los problemas de los adultos. Pasar a esa nueva fase supone, entre otras cosas crear riqueza, empleo y valor añadido al país. Que no quiere decir que los que venden no lo hagan, simplemente se encuentran más cómodos en las fases tempranas de creación y dejan a otro tipo de gestores el gran crecimiento. Que sigan con esa cadena de montaje.

Se suele hablar de todas aquellas compañías o startups que levantan una suma cuantiosa, cifras cada vez más elevadas, de capital por parte de los inversores. Un total de 1.430,65 millones de euros por parte de los fondos de venture capital, según TTR, dedicados a financiar la actividad de un total de 231 empresas tecnológicas, de las cuales 153 son españolas, durante lo que llevamos de este año a punto de terminar. A fin de año o mes se suceden los balances de cuentas de todo lo que ha levantado tal o cual sector. Aquellas que no reciben fondos parece que quedan fuera del panorama informativo; cuanto más dinero se levante mejor sería el titular en la prensa. Y sin embargo, las que no reciben ayuda, ni a través de una compra ni con financiación, son las más numerosas. En España existen, aproximadamente porque no hay ningún índice que las catalogue a todas, más de 3.000 startups, -2.558 según cifras de Startupxplore en 2015-. Un número que crece año tras año de forma exponencial, un 26% más en 2015 respecto a los datos de 2014. Y, sin embargo, son pocas las citadas. Confundimos entonces el concepto del éxito. Es, de hecho, y junto a las rondas de financiación, la manera de medir el éxito emprendedor de tal o cual país; más rondas, más maduro está el ecosistema. ¿Acaso sólo las que consiguen unirse a inversores son las que tienen madera de triunfadoras? Amir Salihefendic, CEO y fundador de Doist, en una visión más utópica y contraria a los procesos de venta de las startups, opina que "cuando se concibe "éxito" como la cantidad (de dinero) y no la calidad (del servicio dado a la gente), entonces se elabora fácilmente la premisa de que el objetivo es vender la empresa". Un concepto que, desde su punto de vista, "se vende a los emprendedores desde el minuto cero de crear el negocio. Y la raíz de esa idea equivocada radica en el contexto económico, político y social en el que vivimos, la sociedad del todo rápido, la sociedad del retorno de inversión a corto plazo (eso no existe), la sociedad de la cantidad y no de la calidad".

Sin embargo, para Carmen Bermejo de la Asociación Española de Startups,"la mayoría de los emprendedores innovadores lo que quieren es cambiar el mundo y en muchos casos, la venta es la manera más eficaz de poder llegar a conseguirlo. Esta chispa innovadora no tiene porque coincidir con tener una capacidad de gestión de gran escala". Añade, además, aunque la venta no es sinónimo de éxito, el emprendedor debe tener siempre una estrategia de exit a mano.

Aunque el hecho de vender empresas no implique necesariamente pérdida de calidad es cierto que supone una pérdida de poder. ¿Sus ventajas? Si la venta es buena es posible que la cuenta bancaria del emprendedor pase de cero a cien en muy poco tiempo y permita crear la base económica para la próxima empresa. ¿La desventaja? Es posible que el objetivo principal con el que fue creado la empresa quede en el olvido y se ponga en alza los de los nuevos compradores.

Erik Kalibayev - Shutterstock
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La resistencia

De las que han conseguido triunfar sin lograr una financiación hay una larga lista de candidatos: Milanuncios, vendida en su momento, Pompeii, Hawkers hasta hace escasas semanas o Aspgems entre otros muchos. Aunque es cierto que, de los grandes, cada vez menos.

Y luego están las que, aún logrando financiaciones millonarias siguen rechazando la venta ante todo. Medio panorama emprendedor está deseando la venta de Wallapop y, aún teniendo la furiosa negación de sus propios fundadores, los rumores siguen estando ahí. Quizá por su aún inexistente monetización o porque sus fundadores no están dispuestos a dejarla ir, lo cierto es que su venta no se ha producido, pero todo apunta a que llegará tarde o temprano. En el fondo todos saben que sería lo que marcase la diferencia entre un ecosistema creciente a un ecosistema ya establecido. O quizá no: ya son 12 años los que Facebook lleva bajo las manos de la misma persona y no tiene los visos de que la cosa cambie. Y la misma historia con Twitter, sobre la cual sobrevuela el mismo rumor de venta. Un concepto que parece estar presente desde el día uno de cada tecnológica.

JobandTalent, fundada por uno ex-Tuentis que realmente sí supieron vender la compañía en el momento exacto y que poco o nada se parece a lo que un día fue —he ahí esa desvirtuación de la compañía inicial—, ha levantado sumas millonarias de capital pero aunque haya cambiado su foco de negocio se mantiene indemne ante los posibles rumores de compra. Privalia, Softonic o La Nevera Roja, todas con grandes financiaciones tras sus espaldas, terminaron rindiéndose ante la seductora venta millonaria, las cuales, tras meses de rumores y dimes y diretes, terminó celebrándose con un halo de éxito para todo el panorama español.

¿Y qué hay de los grandes casos de éxito en España, además de las miles que no resuenan en prensa? Carto, con 31 millones de financiación; Scytl, con más de 110 millones por parte de los fondos en cuatro rondas y Cabify, el gran competidor de Uber made in Spain, que ha conseguido recaudar en cuatro rondas más de 140 millones de euros de fondos que vienen incluso de Japón. ¿Rumores de venta? Ninguno por el momento que se sepa y casi que mejor, aún tienen mucho que decir y hacer de la mano de sus fundadores originales.

En cualquier caso, cuando alcancen su punto álgido de madurez es probable que a largo plazo, los rumores de venta sobre esta triada se unan a los de Wallapop, sean o no ciertos. Por lo que ahora sólo queda preguntarse: ¿cuál será la siguiente gran venta en España?

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