Cuando llegaba la noche más oscura del año, las culturas antiguas celebraban extraños ritos. No para celebrar la negrura, no. La salida del sol es motivo de júbilo, de renovación de la vida. Cuando llegaban estas fechas, el mundo se alegraba de seguir girando. Pero a día de hoy el solsticio de invierno ya no es lo que era. Ni cuando era. ¿En qué consiste este fenómeno natural? Hoy, el supuesto día en el que llega la noche más larga, vamos a celebrar el paso del tiempo hablando de algunas de sus curiosidades.
¿Qué es el solsticio de invierno?
Nuestro mundo tiene un ciclo muy marcado. Las estaciones dirigen la vida de todos y cada uno de los seres vivos que habitan las superficie de la Tierra. Por sus movimientos, nuestro pequeño planeta se sitúa frente al astro rey de una forma característica. En el solsticio de invierno, el sol "deja de moverse" en el firmamento. Este fenómeno ocurre por una cuestión muy sencilla: la inclinación del eje terrestre. El sol se encuentra en una posición característica en la que comienza a acercarse en su distancia angular del ecuador celeste. La traslación del planeta con respecto del sol provoca que lo veamos cada vez con un menor ángulo. Al alcanzar la menor distancia angular (o mayor distancia angular negativa, más bien), la posición del sol acaba con un ciclo. Hasta este momento, los días han ido acortándose poco a poco.
Durante el día del solsticio, el sol sale más tarde y se oculta más temprano que en ningún otro día del resto del año. Por tanto, la noche es la más larga de todas. A partir del día del solsticio, las jornadas comienzan a alargarse de nuevo hasta la llegada del solsticio de verano, donde el ciclo termina y comienza de nuevo. Al menos en el hemisferio norte. Porque en el hemisferio sur es justo al contrario. En estos momentos es verano, y el solsticio allí es el de verano, teniendo los días más largos y las noches más cortas. Pero como decíamos, el solsticio es mucho más que un fenómeno meteorológico. Está incrustado en todas las culturas que habitan la Tierra cuyos calendarios han sido moldeados por las estaciones.
Curiosidades sobre el solsticio
Siendo un evento tan sumamente importante (y vital) es normal que exista a su alrededor una cantidad ingente de mitos y creencias. También de malentendidos. Como decíamos, este fenómeno ha dirigido la vida sobre la Tierra (en cierto sentido); especialmente la de los seres humanos y sus calendarios. Veamos algunas curiosidades al respecto.
El solsticio de invierno no ocurre el 21
Aunque normalmente celebramos el solsticio de invierno el 21 de diciembre, lo cierto es que no es un fenómeno tan regular. En realidad suele ocurrir entre el 20 y el 23 de diciembre. Esto ocurre por una la inclinación del eje terrestre. Y nuestros calendarios, aunque muy precisos, obedecen a proporciones astronómicas, lo que le da cierto margen.
El solsticio no ocurre durante todo el día
Solsticio proviene del latín Solstitium, de las palabras sol y status. Y quiere decir, exactamente, "Sol quieto". Esto hace referencia al propio fenómeno en el cual el sol parece no moverse en el cielo. Esto ocurre cuando se acerca al ecuador y produce la sensación de que el ciclo se ha detenido, y se revierte. En realidad esto es el solsticio, y no la jornada o el acortamiento del día (o la noche) en sí.
El solsticio es el culmen de cientos de fiestas
A estas alturas no sorprenderá a nadie si decimos que el solsticio de invierno es la fecha clímax de cientos, si no miles, de fiestas por todo el mundo. Independientemente de su cultura, una cantidad masiva de festividades tienen un punto central en el solsticio. Desde el resurgimiento de Amaterasu, en Japón, al renacimiento de Chaomos en Pakistán, pasando por el Hogmanay escocés, el Shab-e Chellé persa, el Wayeb maya o el festival en honor de Beiwe, en la lejana Laponia o nuestro modificado Sol Invictus.
Navidad es una adaptación de este fenómeno
Aunque a muchos creyentes parece que les rechina la idea, lo cierto es que la Natividad del Señor, o Navidad, en realidad antes se celebraba en primavera. La adaptación de las fiestas paganas (por ejemplo, de la sigillaria saturnal) fueron medidas de "colonización" cultural adoptadas por un imperio recién convertido al cristianismo. Es lógico pensar en Dios y su paralelismo solar por lo que el Sol Invictus fue adoptado como el día del nacimiento de Cristo de forma casi natural. No obstante, la adaptación, según apuntan todos los expertos, fue más compleja de lo que parece. Aunque funcionó muy eficientemente.
Los Reyes van a Belén
De hecho, la Navidad, con sus raíces en el solsticio de invierno, tiene otra curiosidad que contar por estas fechas. Justo en esta época, en el hemisferio norte, se pueden ver a los tres Reyes Magos siguiendo la estela de la estrella de Belén. Y es que por estas fechas, las del solsticio de invierno, las tres estrellas del cinturón de Orión se alinean con la brillante Sirio y el Sol. De aquí, probablemente surja la historia de los tres Reyes Magos siguiendo la estrella de Belén hacia Cristo, que estaría representado por el Sol.