Fernando y Margarita, los padres de Nadia, se habrían estado lucrando de la enfermedad de su hija menor de edad. Al menos eso asegura el juez de instrucción de la Seu d'Urgell, que en su nuevo auto, al que ha tenido acceso Hipertextual, afirma que "cada vez son más los indicios que apuntan a la participación de los investigados en los hechos expuestos". Los progenitores de la niña con tricotiodistrofia están siendo investigados, lo que anteriormente se conocía como imputados, por un supuesto delito de estafa.

El auto del magistrado, que ha fijado una fianza de 1,2 millones de euros para los padres de Nadia, recoge dos nuevos elementos relevantes conocidos durante la fase de instrucción. Un albañil de la zona habría declarado ante el juez que la reforma de la tienda de vinos que Fernando y Margarita regentaban habría sido costeada con fondos destinados a la niña. El testigo señaló que el padre exigió para abonar los trabajos que la factura figurase a nombre de la Asociación Nadia Nerea para la tricotiodistrofia y enfermedades raras de Baleares.

"Cada vez son más los indicios que apuntan a la participación de los investigados" en la supuesta estafa, afirma el juez en su auto

El magistrado señala que, hasta la fecha, no ha sido posible averiguar a qué centro "médico" acudió el padre de Nadia con la menor, ya que solo se ha referido a un "Dr. Smith". La defensa no ha aportado por ahora datos relevantes y sencillos como la dirección, el número de teléfono, las fechas en las que acudieron o los hoteles donde se alojaron. Como adelantó Hipertextual, Fernando volvió a mentir ante el juez al hablar de unos supuestos médicos y homeópatas que supuestamente ejercerían en Toulouse y apellidados Brown y Smith. Según ha podido confirmar este medio, no existen tales profesionales sanitarios en Francia.

"Del estudio de las cuentas citadas, se desprende una clara utilización de las mismas para costear la vida de los investigados", señala el juez en su nuevo auto. Los padres de Nadia utilizaron parte de las donaciones recaudadas, que ascienden a un millón de euros sin contar la suma obtenida en efectivo, en gastos realizados en centros comerciales, tiendas de electrónica, restaurantes, viajes, ferreterías, alarma del domicilio, gastos de telefonía y alquiler de la casa donde residían. Fernando insinuó ante el magistrado que pagaban el arrendamiento con los fondos destinados a la niña porque era en Lleida donde estaba registrada la Asociación, una falsedad más dado que la entidad está inscrita en Baleares.

Los padres de Nadia impulsaron múltiples campañas de captación de fondos desde el año 2008, donaciones que supuestamente utilizaban para tratar la enfermedad rara que padece su hija. Sin embargo, tal y como sospechó primero Josu Mezo en su blog Mala Prensa y demostraron sendas investigaciones realizadas por Hipertextual y El País, el relato construido alrededor de la niña estaba plagado de falsedades e inverosimilitudes. Por desgracia, la patología poco frecuente que afecta a la menor no tiene cura, no existe terapia genética a través del cerebro como defendían los padres y tampoco ningún doctor Brown u hospital en Houston que realice la intervención para la que recaudaron un millón de euros.

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