Si echamos la vista atrás, la manera en que un niño interactúa con sus juguetes ha experimentado muchos cambios. De muñecos u objetos inanimados hemos pasado a juguetes que hablan o se mueven por su cuenta o bajo nuestras órdenes. ¿Qué viene después? Que un juguete nos entretenga de manera autónoma, sin que tengamos que decirle qué hacer y cómo hacerlo.

Dentro del sector de los juguetes, los vehículos teledirigidos o radiocontrol han experimentado también muchas mejoras. Pocos recordarán los primeros modelos que sólo permitían dos movimientos que, combinados, permitían al vehículo moverse con mayor o menor acierto. Hoy en día hay modelos cuyos mandos de radiocontrol parecen el cuadros de mando de un avión comercial.

De ahí que seguir evolucionando no resulte fácil y requiera tecnología más avanzada. La inteligencia artificial, por ejemplo, permite que un juguete sepa cuándo y cómo debe comportarse gracias a sus sensores integrados. En el caso de un coche teledirigido, como los modelos de Hot Wheels AI, gracias a la inteligencia artificial pueden correr por una pista sin salirse, corregir los movimientos y adelantar a un rival sin chocar.

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Eso si el jugador quiere, pues desde el mando a distancia tú eliges si correr en modo libre y salirte de la pista circulando por donde te plazca, correr por el circuito (que puedes personalizar de mil maneras) o ser un espectador mientras los vehículos se enfrentan entre sí con ayuda de sus IA independientes.

¿Qué más ventajas ofrece la inteligencia artificial aplicada a juguetes? Las mismas que un videojuego pero con el aliciente que estamos jugando con objetos reales, no con personajes virtuales en una pantalla. Los coches de radiocontrol clásicos eran difíciles de manejar por sus condicionantes físicos de fabricación, terreno donde corrían, tiempo de respuesta del mando, etc. Los juguetes tipo Hot Wheels AI te permiten definir el nivel de dificultad adaptándolo a la edad o experiencia del niño o jugador, como en un videojuego pero con coches de verdad.

Siguiendo con los coches teledirigidos, la IA permite que mientras controlamos un modelo, el otro funcione de manera autónoma como rival. Esa autonomía permite también poner a prueba los vehículos diseñando circuitos complejos para ver qué tal se comportan. En definitiva, los juguetes inteligentes son algo real, cada vez van a estar más presentes y van a transformar y enriquecer la experiencia de juego de pequeños y mayores.

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