Continental y la Universidad de Oxford han comenzado a investigar de forma conjunta la relación, y necesidad, entre inteligencia artificial y conducción autónoma con el objetivo de analizar los posibles usos y desarrollar algoritmos que potencien a la movilidad autónoma.

Estos algoritmos de aprendizaje profundo tienen el potencial de realizar una detección de objetos visual altamente confiable y hasta un diálogo humano-máquina en un futuro no muy lejano. La primera fase de la asociación, con una duración prevista de tres años, comenzó a principios de este mismo mes con la investigación postdoctoral en Oxford y la definición del plan a tres años.

Continental espera que la asociación genere importantes avances sobre el uso de métodos de inteligencia artificial en las áreas de conducción autónoma, la mejora de los sistemas de acceso a vehículos de próximas generaciones, la minimización de accidentes a través de sistemas de alerta inteligentes y determinar cómo será el diálogo que tendrá lugar entre conductores y vehículos en el futuro.

Hasta hace no muchos años los mayores avances se podían lograr en las universidades, pero parece que es una tradición caduca pese al esfuerzo de algún fabricante, por ello el acuerdo entre Continental y la Universidad de Oxford mueve a otro terreno el desarrollo de los coches autónomos, que van a tener que avanzar mucho en pocos años para poder enamorar a los conductores. La inteligencia artificial será la clave en unas ciudades que estarán dominadas por coches sin conductor por ello la universidad y la empresa privada deben caminar juntos.

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