La familia Nexus está muerta. Tal y como los rumores previos apuntaban, Google ha acabado con la histórica familia de dispositivos móviles para reemplazarla, en su lugar, con una nueva marca llamada Pixel (empleada por Google en otras categorías de producto). Así, los nuevos dispositivos insignia de Google pasan a llamarse Google Pixel y Google Pixel XL.
En el interior de ambos dispositivos, tal y como Carphone Warehouse, Tellus y Bell han filtrado, encontramos un hardware idéntico, a diferencia de los Nexus 5X y Nexus 6P. Concretamente, la compañía ha incorporado un SoC Qualcomm Snapdragon 821 y 4 GB de memoria RAM, un duo ya presente en otros teléfonos coetáneos y que ha demostrado ser realmente solvente en todo tipo de situaciones.
En el aspecto fotográfico, ambos dispositivos apuestan por una cámara trasera de 12,3 megapixeles con una apertura focal f/2.0, un tamaño de 155μm y estabilización óptica de imagen. En la zona anterior, el sensor es de ocho megapixeles.
Ambos dispositivos llegan con un hardware exquisito y la última versión de Android. Una apuesta segura, al menos sobre el papel.
Las únicas diferencias entre ambos modelos las encontramos en las capacidades de la batería y en las pantallas. El Pixel cuenta con un panel de 5 pulgadas Full HD AMOLED y una batería de 2.770 mAh de capacidad. Su hermano mayor, el Pixel XL opta por una pantalla de 5.5 pulgadas 2K y una batería de 3.450 mAh de capacidad.
Como no podía ser de otra forma —considerando la apuesta por Google en generaciones anteriores—, ambos modelos llegan con USB Type-C, lector de huellas dactilares en la zona posterior, un chip NFC y la última versión del sistema operativo (Android 7.1 Nougat). También llegarán en dos variantes: blanco y negro.
La presentación oficial de ambos dispositivos se producirá el cuatro de octubre, en un evento en Nueva York en el que la compañía también desvelaría nuevos productos de otras categorías diferentes (Chromecast, Google Home, etc.).