Netflix comienza su andadura en la producción cinematográfica en España con un thriller tan solvente como sobrio. Así es "7 años", película dirigida por Roger Gual y protagonizada por Paco León y Juana Acosta entre otros.Desde que Netflix llegara a España, ha pasado algo más de un año para que pudiéramos ver la primera película producida y rodada en nuestro país, estrenada este 28 de octubre. Una producción cinematográfica (también se está trabajando ya en la primera serie, "Las chicas del cable") que se convierte en un primer paso tremendamente prometedor que, ojalá, marque el camino a seguir.

Hablamos de una película, además, nacida casi por casualidad, en medio de una de tantas conversaciones de sobremesa; fue entonces cuando José Cabeza, guionista del filme, planteó la idea que se terminaría convirtiendo en la historia dirigida por Roger Gual, realizador de interesantes obras como "Smoking Room" o "Remake". Con el equipo creativo cerrado, llevaron la idea a Netflix y así nació "7 años".

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A buen seguro, en la compañía californiana tuvieron muy en cuenta lo comedido y austero de la propuesta, desarrollándose en un solo escenario y contando con apenas cinco personajes en un ajustado metraje que no supera los ochenta minutos. Y es ahí mismo, en su modesta base, donde empiezan a percibirse los muchos aciertos de la película: guión, selección de personajes, escenario, música, etc.

"7 años" nos presenta a cuatro socios de una empresa debatiendo quién debería cargar con las culpas de su delito fiscal e ir a la cárcel que, debido a la necesidad de resolver el conflicto a muy corto plazo, optan por contactar con un mediador que intente facilitar el proceso de elección de dicha cabeza de turco.

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Así, la película no pierde ni un segundo en introducciones o presentaciones superfluas y, desde el primer minuto, se pone el conflicto sobre la mesa. De esta forma, la totalidad del metraje se centra en el potente debate y la difícil decisión a tomar, convirtiendo esta discusión en una excelente forma de dar a conocer los rasgos diferenciales de cada uno de los socios.

La introducción de la figura del mediador, interpretado por Manuel Morón, también hace las veces de conductor del discurso, dirigiendo y moderando un diálogo que, en ciertas ocasiones, alcanza altos niveles de tensión. Su papel, eso sí, se diluye conforme avanza la cinta en pos de un in crescendo dramático y un mayor peso en la narración del resto de personajes.

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Hasta esa recta final, 7 años consigue muy hábilmente que el espectador vaya posicionándose del lado de uno u otro de los personajes, todos imperfectos y con aristas, según van exponiendo su discurso, presentando nueva información alguno de los giros de guión de la cinta. Al final, compartimos algo más de una hora con personajes corruptos y miserables, cada uno a su manera, que lucharán por sus propios intereses.

Ese dilema interno de cada uno de ellos en particular y del grupo en general funciona como vehículo narrativo, mostrando un inicio tibio en el que se mide cada intervención, pesando la amistad por encima de todo, y evolucionando hacia un punto sin tregua, donde salen a relucir rencillas y trapos sucios con tal de evitar ser el elegido para cargar con la condena. Aquí, claro, todo funciona gracias a las interpretaciones de una elegante Juana Acosta, un impasible Alex Brendemühl (incomprensible que no se le vea en más cine español), un efervescente Juan Pablo Raba y un Paco León adaptado a la perfección al tono dramático de la película; todos saben sacar jugo a un libreto dinámico gracias, en gran parte, a lo poco pomposo y muy orgánico de sus diálogos en casi todo momento.

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Y es que "7 años" tiene mucho de obra teatral, sacando el máximo partido a unos recursos limitados que terminan convirtiéndose en ventajas. Ocurre, sin ir más lejos, con el desarrollo en un escenario que, gracias a una potente dirección, pasa de lo amplio y luminoso a lo tenue y opresivo, recordando por momentos a ciertas escenas de la clásica “12 hombres sin piedad”.

Solo la apresurada y contradictoria toma de ciertas decisiones por parte de alguno de los personajes o un final no del todo satisfactorio, que no malo, empañan lo que termina siendo un thriller tan interesante como recomendable.

Conclusión

Netflix empieza con muy bien pie su andadura en la producción cinematográfica en España. El trabajo de Roger Gual en la dirección, con guión de José Cabeza y Julia Fontana, aprovecha una interesante premisa y saca el máximo partido a una colección limitada de recursos. Desde el acertado casting hasta un escenario muy bien aprovechado o una música discreta peo efectiva, "7 años" termina convirtiéndose en un thriller sobrio y directo.

Pros

  • El casting. Todos a un muy buen nivel, aportan lo que se necesita en cada momento.
  • Su elevado ritmo debido a la interesante premisa y la ajustada duración.

Contras

  • Prisa y falta de reflexión en algunos compases como el tramo final.

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