El mundo lleva ya décadas volcándose en Internet hasta el punto de que, si uno no está conectado, en la práctica solamente existe para su entorno más próximo. Esta realidad sirve también para las empresas y otras organizaciones, e incluso determina muchísimo el alcance que logran las primeras en el mercado y la integración y la cercanía del público objetivo que se marquen las segundas: el modelo de negocio o de estructura comunicativa de la vieja escuela está obsoleto, y hoy su experiencia de trato con la clientela o los interesados en sus actividades debe contar con los medios precisos para poder lucirse.

Pero estar presente en la red no basta porque, al tiempo que nos hemos ido volcando en ella, su ecosistema se ha ido volviendo más y más complejo, y esta evolución incluye los dispositivos y las aplicaciones con los que solemos acceder a sus contenidos cada día, que han propiciado una adaptación sistemática de las páginas web y del software para garantizar una grata experiencia de todos los usuarios. Es decir, cualquiera que se lance al océano de las IT o tecnologías de la información, sea un particular o una entidad de cualquier tipo, debe asegurarse de que a su público le resulte siempre cómodo interactuar con su plataforma virtual desde el aparato correspondiente que le plazca.

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Pero no todo es complacer a la clientela o a cuantos interesados se acerquen a lo que ofrezcan. No menos importante es contar con instrumentos que les faciliten el trabajo y con los que sus empleados, compañeros o colaboradores se sientan a gusto, que les permitan montar esa plataforma integrada en un plazo razonable y, sobre todo, gestionarla como es debido con soltura y sin complicaciones. Y no hay duda de que todos estos propósitos y las necesidades que plantean los cubren las soluciones cloud como IaaS, esto es, Infrastructure as a Service o la infraestructura como servicio. No en vano, el mercado de estas soluciones ha crecido en torno al 30% en los últimos años por razones que no se nos han de escapar.

**Con el cloud computing, la computación en la nube con la que se utilizan servicios informáticos que almacenan buena parte de los programas y archivos en varios servidores externos y no en nuestros PC, a los que se accede conectándose a Internet desde cualquier dispositivo habilitado, se ahorra bastante presupuesto porque reduce la inversión en hardware y software, el tiempo y las energías del equipo se destinan a la pura gestión y el crecimiento de la empresa o de la organización y no en actualizaciones de programas y aplicaciones ni mantenimiento de los aparatos, y se consigue una economía de escala y una gran movilidad gracias al análisis de datos en tiempo real, con el que se pueden tomar decisiones ajustadas para una mayor expansión.

Los desarrolladores, como buenos entendidos de este área, son los que de veras comprenden lo útiles que son las soluciones cloud a nivel técnico, que al fin y al cabo es lo fundamental. Saben que no van a tardar semanas en poner a punto sus sistemas para que funcionen a pleno rendimiento** porque, al no requerir servidores físicos, se libran de pruebas tan latosas como las de concepto, adquisición, configuración e implementación, y pueden dedicarse al meollo de sus proyectos sin demora, a concretar el diseño, las funcionalidades y usabilidad que más convenga a los usuarios.

Servidores del Centro de Datos de Arsys en España.
Servidores del Centro de Datos de Arsys en España.

Saben también perfectamente lo deseable que es trabajar ya de entrada en un entorno flexible y seguro que cuente con todas las aplicaciones, librerías y frameworks necesarios para las labores que se van a llevar a cabo, siempre con las versiones actualizadas, así como con plataformas de gestión de contenidos como WordPress, Drupal y Joomla!, de comercio electrónico, como PrestaShop y Magento, y de herramientas específicas para profesionales de su sector, como Docker y el entorno LAMP. Al ser de código abierto, les dan la posibilidad de usar sus habilidades de programación para personalizar hasta el detalle más minúsculo de sus proyectos integrados.

Lo mejor para todo ello, naturalmente, es poder desplegar de un modo casi automático y en escasos minutos docenas de aplicaciones web para elegir y entornos de desarrollo con versiones óptimas, actualizables y protegidas en servidores de alto rendimiento, que mejoren la calidad del servicio y potencien la conectividad. Y, entre quienes proporcionan soluciones cloud, un buen ejemplo de todo antedicho es Arsys y su Cloudbuilder Next, que irrumpió en el mercado europeo en 2010 y revolucionó la industria de la IT y que, como supondréis, permite acomodar y administrar sus Servidores Cloud de un modo fácil e intuitivo y con pocos clics.

Dispone de innovaciones como el almacenamiento SSD, que multiplica nada menos que por diez la velocidad de acceso de los discos duros HDD, de medidas de seguridad y disponibilidad lógica y física vanguardistas y, claro, de más de un centenar de opciones en su Catálogo de Aplicaciones Cloud; entre ellas, Redmine, que gestiona los proyectos con distintas funcionalidades, y GitLab, un sistema de control de versiones que lleva un seguimiento de todos y cada uno de los estados de un software determinado durante el tiempo en que se encuentre activo. Y es que, tal como ha evolucionado la tecnología de la información y con semejantes posibilidades sobre la mesa, adoptar soluciones cloud para un proyecto de estas características es más sencillo y más conveniente que nunca.

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