En mi bolsillo hay un dispositivo que es más rápido que prácticamente cualquier MacBook Air vendido hasta la fecha. Es difícil de creer que algo tan pequeño pueda ser tan veloz pero la comparación debería recordarnos el estado actual de los smartphones. Ya no son versiones light, poco capaces o más lentos que un equipo de escritorio. Son capaces de hacer lo mismo y en muchos sentidos, más.
El iPhone 7 sigue la línea del iPhone 6s con cambios importantes en su interior, pero manteniendo la misma línea de diseño propuesta con el iPhone 6. Aunque hay pocas variaciones en cuanto a tamaño, forma general y posición de elementos físicos, hay dos cambios clave: la ausencia del jack de audio de 3,5mm y la incorporación de una doble cámara en el modelo Plus.

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El mantra de menos es más está bastante presente en la construcción del iPhone 7. Un puerto menos y una nueva forma de construcción que finalmente hace que la antena (aquellas bandas traseras) lleguen a desaparecer según el color escogido, dando un look mucho más limpio y simple al diseño del teléfono. Otro cambio casi imperceptible es el botón de inicio que ahora no tiene partes móviles y funciona con retroalimentación háptica.

El resultado de estos cambios no solo es un diseño más uniforme, o el hecho que en los modelos black y jet black no veas dónde acaba el cristal de la pantalla y dónde empieza la carcasa (en nuestras primeras impresiones lo comparamos con una guitarra eléctrica construida a partir de una sola pieza de madera, y seguimos creyendo que es una buena analogía), sino que ahora es resistente al agua y al polvo.

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¿Qué tan rápido es rápido?

Si en 2007 te dicen: «en menos de diez años esos iPhone que acaban de lanzar serán más rápidos que tu portátil», ¿les hubieses creído? Probablemente no, y nosotros tampoco. ¿Y hace tres años? Tres años atrás seguía siendo improbable la mera idea de que un smartphone rivalice con productos de escritorio. Con el iPhone 6s ya veíamos incrementos importantes en rendimiento pero el salto del iPhone 7 logra impresionar.

El trabajo de Apple con sus procesadores en los últimos años es notable. Año a año la compañía mantiene el liderazgo en términos de velocidad, pero a medida que pasa el tiempo, se aleja cada vez más de la competencia, es cada vez más rápido. No solo en el campo de ARM, sino en general. Hoy un A10 Fusion compite y supera a muchos procesadores de Intel. Una situación única que probablemente nunca antes se había dado en la industria.

¿Qué tan rápido es muy rápido? En situaciones del día a día tengo en mis manos el smartphone más eficiente que he usado, desde detalles tan simples como el tiempo imperceptible que toma desbloquear el teléfono, la velocidad con la que se abren o cambian las aplicaciones, la eficiencia a la hora de hacer tareas complicadas y la posibilidad de que el teléfono ejecute millones de cálculos de forma invisible para nosotros, como el proceso que ocurre “detrás de bambalinas” cuando tomo fotografías y del cual hablaremos más adelante.

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La vida sin jack de 3.5 mm

El mundo se ha vuelto loco con la noticia de que el iPhone no tiene jack de 3.5 mm, probablemente el puerto más estándar de la historia… y también el más viejo (¡tiene más de cien años!). Usarlo tiene obvias ventajas, prácticamente todos los dispositivos de audio que existen son compatibles.

También hay varias desventajas: la alimentación energética existe, pero es mínima, por lo que si queremos tener más energía necesitamos un amplificador separado; si queremos agregar funciones como el bloqueo de ruido externo hay que añadir más energía, generalmente por medio de baterías (quienes tienen auriculares con cancelación de ruido lo entenderán mejor).

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Apple considera que es hora de dar pasos hacia adelante y deshacernos de una tecnología tan vieja. Desde un punto de vista de ingeniería pura, John Paczkowski ha publicado un artículo excelente donde se sienta con Greg Joswiak (vicepresidente de producto de Apple) y explica por qué la compañía necesitaba sacar este puerto para acomodar mejor hardware dentro del iPhone.

Nuestra opinión en este sentido, con los días, se ha dividido. Por un lado entendemos perfectamente la inmensa necesidad de buscar mejores formas de conectar dispositivos, por otro lado creemos que no debemos perder de vista las grandes ventajas de un puerto tan ubicuo, que no requiere de licencias de uso, que cualquier fabricante puede usar e implementar sin pedir permiso o pagar derechos a un tercero por su uso.

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Y en caso que se tome la decisión de reemplazarlo, que no sea por medio de una solución propietaria, a diferencia de Lightning que sí lo es, y por lo tanto requiere de una certificación por parte de Apple (que incluye un pago de entre 4 y 8 dólares por cable vendido). Sea como sea ya estamos del otro lado, el iPhone 7 no tiene jack de 3.5 mm. Si quieres conectarle algo, sean auriculares o cualquier otra cosa, tiene que ser, sí o sí, por medio del puerto Lightning.

“El mundo se acabaría”, dijeron, pero no es para tanto. En la caja del iPhone se incluyen unos EarPods exactamente igual a los que Apple incluye desde 2012 pero con puerto Lightning. En caso que requieras conectar otros auriculares, también se incluye un pequeño adaptador de 3.5 mm a Lightning. ¿Necesitas más? Apple los vende a 9 dólares / euros. Suponemos que en unos meses encontraremos similares de, por ejemplo, Amazon Basics por la mitad de precio.

Lo mejor, si eres dueño de un iPhone 7, es que dejes puesto uno de estos pequeños adaptadores en el cable de los auriculares que ya tenías y usas de manera regular.

Y el sonido sin auriculares

Otra novedad de peso en el iPhone 7 es el sonido de sus altavoces. Y decimos altavoces, en plural, porque el iPhone por fin es estéreo. Al altavoz de la parrilla inferior se le une ahora otro ubicado donde hasta ahora sólo estaba el auricular para las llamadas.

El sonido es mucho más alto, prácticamente el doble que en los iPhone 6s, lo cual es genial para poder ver vídeos cuando el ruido ambiental es elevado y enterarnos de quién dijo qué, por ejemplo. O para escuchar música en casa (por favor, no seas de los que van por la calle con la música a todo volumen) de forma simple sin tener que recurrir a altavoces.

El problema está en que la calidad de sonido llega hasta donde llega. El grosor del iPhone quizás pudiese haber dado para más, pero no para mucho más: simplemente puedes contar con esta mejora en el volumen para escuchar mejor contenidos multimedia aunque no haya silencio de fondo, o para escuchar música de forma esporádica. Pero si realmente aprecias la música, seguramente te sea insuficiente con el sonido que arroja el iPhone 7: prácticamente sin bajos, muy por detrás del que nos sorprendió muy positivamente con el iPad Pro.

Ya puedes tuitear mientras te bañas

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Con muchos modelos de Android ya se podía. Se acaba la envidia, si tienes un iPhone 7 ya puedes escribir esa gran idea que sólo se te ocurre cuando estás en la ducha. Tiene un grado de protección IP67, que significa:

  1. Es capaz resistir la inmersión completa a un metro durante treinta minutos.
  2. Resistencia completa al polvo, ni una partícula entrará bajo ninguna circunstancia.

En términos prácticos: si se te cae al váter, te tiran a la piscina con el iPhone en el bolsillo o tienes la mala suerte de estar en medio de una tormenta de arena, estás protegido.

El botón que ya no está ahí

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Otra de las novedades del iPhone 7 es el nuevo botón de inicio, que ya no es un botón, sino un sensor con retroalimentación háptica. Al presionarlo sientes como si se hundiera, pero en realidad no hay movimiento mecánico alguno. Es exactamente el mismo principio que el del motor háptico del Apple Watch, o del iPhone 6s: no es una vibración al uso, sino que se genera una retroalimentación similar a como si nos diesen un toque “desde dentro”. Ahora también en el botón.

Al principio sentirás el síndrome del miembro fantasma. Lo experimentan las personas que han perdido una extremidad: les duele, les pica, sienten que está ahí. Pero en realidad, ya no está ahí. Algo así, salvando las distancias, claro, ocurre con el nuevo botón del iPhone 7. Al principio existe una curva de aprendizaje pronunciada, cuesta hacerse a él, extrañamos el click físico del botón del iPhone de toda la vida.

Con el paso de los días, esta sensación se va suavizando en la misma medida en que nos vamos acostumbrando a la retroalimentación del nuevo botón. Al final se hace muy natural e incluso más agradable, más suave que el formato tradicional. Por supuesto, no tenemos más opción que asumirlo: el botón home que conocíamos hasta ahora no va a volver, bienvenidos a los botones hápticos de Apple.

Hablemos del nuevo motor háptico

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El iPhone 6s nos trajo un nuevo tipo de vibración gracias al motor háptico. Una “vibración” mucho más suave y orgánica que la del motor tradicional. El iPhone 7 tiene un motor háptico mucho más grande (algo posible gracias a desterrar el jack de 3.5 mm), que permite subir el nivel de las posibilidades de uso de esta característica.

Ahora no es algo que únicamente se use a la hora de recibir notificaciones y poco más, sino que forma parte de la retroalimentación del sistema. Igual que vemos cambios en la pantalla o sonidos mientras jugamos a un juego, por ejemplo, también notamos esos leves y graduales toques que nos da el terminal.

Llevado a algo concreto, el juego Zombie Gunship. Igual que los Dualshock de PlayStation vibran como parte de la experiencia del juego en momentos muy determinados, en este juego el iPhone va dándonos toques más o menos fuertes al compás de los disparos o explosiones del juego.

Otro ejemplo: al hacer scroll en una lista alfabética, como la de nuestros contactos o la de los artistas de nuestra biblioteca de Apple Music, se produce la misma retroalimentación.

Snap!

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La cámara del iPhone 7 es la misma que la del iPhone 6s Plus (sí, Plus, con su estabilizador óptico), más algunas mejoras en la óptica. Lo interesante está en la(s) cámara(s) del iPhone 7 Plus.

La lente “tradicional”, por decirlo así, tiene una distancia focal de 28 milímetros y apertura f/1.8, una mejora considerable respecto al modelo anterior (f/2.2) que permite que las fotos sean más luminosas y brillantes, incluso en condiciones de baja luz, y podamos obtener un mejor efecto a la hora de desenfocar el fondo respecto al protagonista de la imagen.

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La cámara secundaria es una lente con una distancia focal de 56 mm, esto es, el doble. Por lo tanto, podemos obtener una suerte de zoom óptico 2x, sin pérdida de calidad. Apple se ha encargado de que usemos esta función: al abrir la cámara, aparece un nuevo botón en la parte inferior de la pantalla con ese “2x”, que cambia a la lente secundaria de 56 mm.

Este modo es idóneo tanto para realizar ese zoom sin perder calidad como para simplemente utilizarlo a la hora de hacer retratos de personas, aunque no acaba ahí: ese 2x posibilita hacer estupendos macros muy nítidos (la distancia de mínima de enfoque no se duplica, es la misma que con la cámara normal).

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Si necesitamos hacer más zoom que ese 2x óptico, pasamos al digital, donde sí hay pérdida de calidad, y además bastante notable de forma progresiva, hasta llegar al aumento 10x. En esta fotos podemos ver la diferencia entre hacer una foto normal, una con el 2x, y otra con el zoom digital 10x. En los tres casos se ha aplicado un recorte del 100%.

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En esta otra, el mismo panorama, pero sin realizar la ampliación al 100%. Izquierda foto normal, derecha 2x.

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Para muchas situaciones, va a ser muy habitual acostumbrarse a hacer fotos con el 2x. Aunque no sea estrictamente necesario un zoom, simplemente quedan mejor con esta distancia focal. No es casual que los objetivos de 50 mm (muy cercanos a los 56 mm que nos ocupan) sean los más demandados entre los fijos: los retratos, incluidos los de objetos, salen mucho mejor. Un ejemplo, en interiores, de la diferencia entre 1x y 2x.

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Donde también sale ganando el iPhone 7 Plus en comparación con modelos anteriores es en el manejo del rango dinámico. Ahora los escenarios complejos con zonas de contrastes elevados entre sombras y luces directas, como puede ser un día muy soleado donde algunas áreas de la imagen están en la sombra y por tanto casi en penumbra dado el alto contraste, quedan con la luz mucho mejor repartida, lo cual se traduce en menos zonas quemadas y menos áreas sin apenas iluminación.

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Conclusión

El mejor se hace mejor. La doble cámara marca la diferencia tanto respecto al modelo de 4.7 pulgadas como respecto a los modelos del año anterior. Está bastante extendido que con los iPhone es buena idea renovar cada dos años. Este septiembre, Apple ha dado un argumento de peso para que quien tenga un 6s mire con interés los escaparates donde está expuesto el 7 Plus.

No es un smartphone perfecto que lo tenga absolutamente todo, pero tampoco hay carencias. Ni en batería, ni en pantalla, ni en rendimiento, ni en software. Incluso viene con algunos complementos interesantes que quienes miramos de cerca el mundo Android echábamos de menos en el sello Apple, como la resistencia al agua.

Pros

  • La doble cámara. Un acierto absoluto que será aún mejor con iOS 10.1. Un argumento de venta por sí mismo. La cámara, a secas, la de siempre, sigue siendo un win absoluto.
  • El rendimiento. Simplemente intachable para juegos, procesos, tiempos de carga… El iPhone es un violín por fuera y un mono de trabajo por dentro.
  • La duración de la batería. Lo excelente del 6s Plus, mejorado.
  • Todo lo bueno de los iPhone, un año más. iOS, la App Store, la perfecta integración con el ecosistema Apple (Watch, macOS, Apple TV, etc).

Contras

  • Sin carga rápida ni inalámbrica. Algo que empieza a ser un estándar en la gama alta Android hubiese sido un gran punto de incluirse también en el iPhone.
  • No poder cargar el iPhone mientras escuchamos música. No es lo idóneo depender de un dongle, y está muy bien que Apple quiera empujarnos a un futuro inalámbrico. El problema es que estamos en el presente, cuando mucha gente todavía no quiere o puede dar ese salto y va a tener que escoger en muchas ocasiones: o cargar la batería, o conectar los auriculares.
  • Opciones multitarea. Hubiese estado genial traer alguna novedad en este sentido al modelo Plus, como el Picture in Picture del iPad Pro.

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