El presidente ejecutivo de Ford, Mark Fields, espera que su compañía pueda vender vehículos autónomos para todos los clientes que así lo quieran en 2025 aproximadamente, cuatro años después de la llegada del coche autónomo como un servicio de movilidad enfocado únicamente a las ciudades.

Los coches autónomos que venderá Ford serán más costosos que los convencionales, algo lógico para Fields, pero que en algunos aspectos compensarán a sus dueños. Un ejemplo muy claro es de las personas que quieran un chófer, un coche autónomo será probablemente más económico que la compra de un coche y el pago del salario de un chófer. Y podrás decir a tus amigos que tienes un coche autónomo, probablemente la herramienta más tecnológica que pueda comprar un cliente particular en los próximos 10 años.

La producción a escala rebajará el coste del coche autónomo lo suficiente para compensar su compra frente a uno normal. En el momento en el que estos automóviles proliferen y las ciudades reduzcan sus niveles de congestión las ventas de coches se reducirán significativamente pero desde Ford esperan que esto tenga otra consecuencia: los coches acumularán, de forma individual, más kilómetros recorridos en el mismo periodo de tiempo que uno convencional por lo que necesitarán ser reemplazados antes.

Se venderán menos coches al año de forma inicial pero la reposición en los siguientes años podría compensar esta bajada de ingresos. Para ello, Ford está tratando de convertirse en una empresa de movilidad en lugar de un mero fabricante de coches haciendo hincapié en la resolución de problemas de los peatones y conductores en las ciudades. Bicicletas eléctricas, aplicaciones para gestionar el aparcamiento, alquiler de coches... No existe otro fabricante que tenga un portfolio tan amplio de servicios fuera de la venta de coches.

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