Michael Hanline - NBC

Las investigaciones policiales y el sistema judicial en nuestras democracias no son infalibles. Pese a sus notorios esfuerzos y sus logros, a veces los criminales no responden por sus actos. Los hay que son exonerados con justicia de sus condenas pero la sociedad no los reconoce así, como le ocurre al protagonista de Absuelto, la serie de televisión noruega** creada por Anna Bache-Wiig y Siv Rajendram Eliassen, que se podrá ver en Movistar+ a partir del próximo 3 de agosto. La serie trata sobre Aksel Borgen, un hombre que fue sentenciado por el asesinato de su novia del instituto y después, claro, absuelto veinte años atrás; y que debe volver a su ciudad natal por negocios, donde aún le consideran autor del crimen.Más de 1.700 personas han sido liberadas en EE.UU. desde 1989 tras condenas injustas

Pero existen posibilidades peores, como que un inocente sea condenado por un crimen que no ha cometido, al igual que Borgen, y además sufra el rigor de las prisiones y la privación de su legítima libertad durante mucho tiempo. De hecho, más de 1.700 personas han sido liberadas en Estados Unidos desde 1989 tras haber estado a la sombra injustamente.

Una de ellas fue Robert Dewey, condenado en 1994 a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por el estrangulamiento de una joven en Palisade, Colorado. Su liberación se produjo diecisiete años más tarde, cuando las técnicas de análisis de ADN avanzaron lo suficiente para demostrar su inocencia. Y lo mismo les sucedió a Larry Davis y Alan Northrup, que pasaron dieciocho años en una cárcel del condado de Clark, Washington, acusados erróneamente de la violación de un ama de casa.

'Absuelto' - Miso Film Norge
'Absuelto' - Miso Film Norge

Cuando una joven fue hallada muerta en una zanja de Nueva Jersey en 1994, Gerard Richardson fue señalado como el autor de su asesinato porque, según aseguraba la Fiscalía, la marca de una mordedura coincidía con sus dientes. Casi veinte años más tarde, nuevas pruebas aclararon que la marca pertenecía a otro individuo. También está Juan Rivera, interrogado por la policía de una forma tan brutal que se derrumbó psicológicamente y confesó haber cometido la violación y el asesinato de una niña en Waukegan, Illinois, en 1992 sin que fuera cierto; motivo por el que pasó veinte años entre rejas.Muchas personas condenadas injustamente han sido ayudadas por los Proyectos Inocencia de EE.UU.

Kenneth Marsh fue condenado en 1983 por la muerte de un bebé en San Diego, y no fue hasta veintiún años después que pudo demostrar que sólo se había tratado de una caída accidental contra una chimenea de ladrillos. Y los mismos años estuvo en prisión James Richardson, por la acusación de haber envenenado a sus siete hijos para cobrar el seguro en 1967, hasta que la mujer que cuidaba de ellos mientras los Richardson trabajaban confesó ser la responsable del crimen.

Veintitrés años fue privado de su libertad Timothy Atkins cuando una mujer le incriminó falsamente en un asesinato cometido durante un intento de robo en el condado de Los Ángeles en 1983. Por su parte, Daryl Burton se vio arrojado a una cárcel de St. Louis, en la que padecería veinticuatro años porque la policía ocultó pruebas y fabricó otras para inculparle en otro asesinato, el de un hombre en una gasolinera en 1984.

'Absuelto' - Miso Film Norge
'Absuelto' - Miso Film Norge

De nuevo gracias a las pruebas de ADN, William Dillon pudo salir después de veintisiete años de la cárcel en la que le habían metido porque otro preso, para rebajar su condena, mintió al contar que Dillon le había confesado que sí era el autor del asesinato de un hombre en una playa de Florida mientras se encontraba a la espera de juicio. Decían haberle visto allí, pero la buena coartada que tenía no le sirvió de nada. Y treinta y cuatro años purgó Lewis Fogle por la violación y el asesinato de una joven de Cherry Tree, Pennsylvania, en 1976 con los que no tenía nada que ver, antes de que los análisis de ADN lo verificaran.Michael Hanline es quien más tiempo ha pasado indebidamente en las cárceles californianas: 36 años

James Bain sufrió treinta y cinco años de una condena a cadena perpetua por allanamiento de morada, secuestro y violación ocurridos en 1974 en Lake Wales, Florida, hasta que el bueno del ADN le exoneró. Y **Michael Hanline obtuvo la libertad tras treinta y seis años cuando se demostraron las irregularidades en la investigación del caso del asesinato de un hombre que había sucedido en el condado de Ventura, California, en 1978, también con ayuda del ADN.

Hanline es quien más tiempo ha pasado indebidamente en las cárceles californianas, y como a él, a la mayoría de estas personas les echó una mano los distintos Proyectos Inocencia de Estados Unidos. Aksel Borgen, en cambio, no estuvo a la sombra demasiado tiempo, y podéis conocer su historia ficticia en Movistar+ a partir del próximo 3 de agosto**.

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