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Facebook tiene la mirada fija en Snapchat. El hecho de que la compañía fundada por Evan Spiegel, Bobby Murphy y Reggie Brown se negara en rotundo a ser comprada por la red social y los 1600 millones de usuarios parece haber sido suficiente para no haberle gustado a Zuckerberg, que sigue empeñado, de una forma u otra, en atraer ese público joven que usa Snapchat a sus aplicaciones móviles.

Facebook está haciendo lo imposible por quitarle esa cuota de mercado a la aplicación de mensajería efímera. Tanto que, en el último mes, ha incluido algunas de las características más importantes de Snapchat en Instagram. Y cuando decimos incluido queremos decir copiado. De hecho, el fundador de Instagram ha reconocido que, la inspiración, ha venido directamente de Snapchat en el artículo de blog de la compañía que anunciaba la función.

Primero historias y luego eventos,dos de los núcleos fuertes de Snapchat, si dejamos de lado los filtros para selfies, está ya incluidos en Instagram. Y el problema para Snapchat se agrava. Por mucho que la compañía fuese pionera y precursora del cambio en la generación de contenido de vídeo en el móvil -y por la misma extensión del cambio en la aceptación del vídeo vertical-, Instagram le come terreno. Mucho usuarios están viendo nulo aliciente en registrarse en Snapchat si ya tienen Instagram, y muchos de los prescriptores, famosos y personas influyentes están desplazándose hasta la app de Facebook dejando a Snapchat en segundo plano.

Con todo esto podríamos intuir que, en cierto modo, Facebook e Instagram están poco a poco comiendo piezas a Snapchat en el tableros del vídeo efímero. Un tableros en el que el rey es el que más usuarios activos tiene, el que atrae a más usuarios. Por eso, con esta ventaja potencial de Facebook/Instagram de cara a usuarios registrado y convertibles en usuarios de historias, el último movimiento de Facebook en torno a este mercado en auge no está del todo claro.

Y no está claro por una sencilla razón. La mayoría de intentos de Facebook por conquistar un mercado han tenido un denominador común, al menos desde que la compañía eliminase la necesidad de tener una cuenta .edu para registrarse en la red social: hacer el servicio lo más abierto y plural posible, todo con el fin de atraer el mayor número de usuarios.

Lifestage cerrada y solo para jóvenes

lifestage

Lifestage está limitado a jóvenes de menos de 21 años y solo disponible en iOSLifestage, la nueva app de Facebook presentada por sorpresa el fin de semana ha roto con esta dinámica. La aplicación, que es la de verdad para competir contra Snapchat, limita, precisamente, el número de usuarios que pueden entrar. ¿Cómo? De forma demográfica. Lo primero que pide la app al usuario que quiera registrarse es su fecha de nacimiento.

¿Tienes más de 21 años? No puedes registrarte. ¿No formas parte de alguna escuela/colegio dentro del programa? No puedes registrarte. La idea de Facebook con Lifestage es convertirla en una aplicación exclusiva para jóvenes, y usa esa exclusividad para atraer a la masa de usuarios.

Las razón de Facebook para limitar Lifestage es convertirla en un refugio para jóvenes. Una isla para que solo ellos puedan compartir contenido. El reto está, precisamente, en convencer a ese grueso de jóvenes. En primer lugar, muchos de los jóvenes se han visto atraídos a Snapchat porque el grueso de sus prescriptores están allí. Y en segundo lugar, las limitaciones, tanto de sistema operativo como edad, crea una fricción necesaria para el despegue de la app.

No sabemos si las app de mensajería efímera son el nuevo dorado o solo una moda pasajera, pero lo que si nos ha enseñado Facebook es que la red social va a por todas, cueste lo que cueste.

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