Una estrella agonizante ha vuelto a la vida gracias a una bomba "natural" de hidrógeno. Este fenómeno, que ya se había observado en diferentes sistemas estelares, consiste en el "despertar" de una estrella moribunda que, tras un período de hibernación, recupera su actividad normal. Las observaciones realizadas por científicos del Observatorio de la Universidad de Varsovia (Polonia) han sido publicados en la revista Nature.

Una enana blanca, una estrella moribunda por la falta de hidrógeno, puede sobrevivir si está cerca de otra estrella aún activa

Los investigadores estudiaron la estrella conocida como Nova Centauri 2009, situada en el sistema V1213 Cen, que estalló en mayo de 2009. Nova Centauri era una enana blanca, es decir, una estrella que había agotado el hidrógeno que utilizaba como fuente de energía. Al terminar con su combustible, la estrella se encontraba en un período de agonía. Pero Nova Centauri volvió a la vida.

Una enana blanca moribunda de este tipo puede recobrarse si se sitúa suficientemente cerca de otra estrella aún activa. En el caso de que la distancia entre estas dos estrellas sea corta, el material más externo de la estrella activa puede ser "devorado" por la estrella agonizante, como ocurrió con Nova Centauri en 2009. El hidrógeno gaseoso, su fuente de energía, comenzó a depositarse de forma que logró sobrevivir cuando la estrella estaba moribunda. Así comenzaron a tener lugar reacciones nucleares en forma de bombas "naturales" de hidrógeno.

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En la parte superior, se muestra el ciclo de la vida de la estrella que, tras agonizar, volvió a la vida gracias a otra estrella todavía activa. En la parte inferior, la Vía Láctea sobre el observatorio polaco. Crédito: J. Skowron, K. Ulaczyk / Warsaw University Observatory

El estudio muestra la evolución de este fenómeno por el que una estrella agonizante vuelve a la vida

Los científicos polacos utilizaron los datos del Optical Gravitational Lensing Experiment (OGLE) para seguir la recuperación de Nova Centauri. Su vuelta a la vida ha sido posible gracias a la transferencia de materia del hidrógeno procedente de la estrella activa. Los investigadores consiguieron trazar la evolución de este curioso espectáculo astronómico, que se había alimentado durante los seis años anteriores del combustible en forma de hidrógeno. Tras el estallido de 2009, la tasa de transferencia de material se incrementó notablemente hasta llegar a los niveles actuales, en los que se ha visto que la pareja formada por ambas estrellas está desapareciendo.

El trabajo publicado en Nature muestra una evidencia directa de los cambios que acontecen en la transferencia de hidrógeno desde la estrella viva a la enana blanca moribunda. Sus observaciones, según explican los científicos de la Universidad de Varsovia, apoyan la hipótesis de un período de "hibernación" de una nova de tipo clásico como ésta. Es decir, los investigadores polacos apuntan que en los próximos siglos podrán observarse nuevas transferencias de material externo para que la estrella ahora de nuevo agonizante vuelva a la vida. El "despertar" de la fuerza acecha en Escudo-Centauro, uno de los brazos espirales de la Vía Láctea donde se sitúa este sistema binario de estrellas.

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