control del tráfico

NMAH Archives Center Charles Adler, Jr., Collection

El control del tráfico es una de las grandes preocupaciones para todos los organismos relacionados con la gestión de los vehículos, y no es una preocupación moderna sino que desde principios del Siglo XXI, con el espectacular crecimiento del sector del automóvil, el número de accidentes de tráfico estaba en alza. Charles Adler imaginó un sistema de control de tráfico inteligente en 1925 muy adelantado a su tiempo.

Esta tecnología se basaba en la instalación de placas magnéticas en la carretera antes de, por ejemplo, una curva peligrosa. El coche tendría que tener un sensor que detectaría la presencia de los imanes para que al pasar por encima se activara un regulador de velocidad conectado al motor del vehículo que reduciría siempre la velocidad hasta los 24 kilómetros por hora. Cuando el coche atravesara el tramo con los imanes instalados el regulador de velocidad se desactivaría y el coche podría volver a circular a los 40 kilómetros por hora habituales de la época.

Esta idea fue puesta en práctica en diciembre de 1925 en Falls Road, una carretera al norte de Baltimore.

El sistema de control de tráfico ideado por Adler se basaba en un prototipo que creó para poder controlar los cruces de los ferrocarriles, escenario de muchos accidentes mortales en la época, pero su cabeza e ingenio intentaron ir un paso por delante de la sociedad e ideó soluciones para intersecciones peligrosas en las carreteras, calles en las que se ubican los colegios o pendientes muy pronunciadas hacia abajo. La idea de Adler era controlar la velocidad de los coches para reducir los accidentes, y todo con un sistema relativamente sencillo que necesitaba de la colaboración de las Administraciones Públicas y de los fabricantes de automóviles.

Adler no tuvo mucho éxito con estos inventos. Durante los próximos 10 años trabajó en mejorar y refirnarlo para que algún inversor se interesara por ellos y su comercialización. Pocos fabricantes compraron su sistema de control del tráfico de coches o ferrocarriles pero lo que es innegable es que este sistema de control de velocidad es la premisa básica por la que se regirán la tecnología que controlará los sistemas inteligentes para el control del transporte, la conducción autónoma o los coches conectados.

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