El primer dios de la humanidad fue el Sol y con razón. Si algo merece adoración es la luz gigante del cielo que se deja ver cuando le viene en gana y controla si llueve o si hace calor, si las cosechas dan fruto o si quedan inservibles; o al menos, eso pensaban nuestros tatarabuelos.
Ahora sabemos mucho más acerca de este astro gigante y sigue siendo digno de alabanzas. Sobretodo para los fotógrafos y cineastas independientes que no cuentan con elementos de iluminación caros y tienen que depender de la luz natural como el pobre de Emmanuel Lubezki.
Los fotógrafos con algo de tiempo libre se aprovechan bastante del astro rey de nuestro sistema solar. Gracias a lo fácil que es tomar una fotografía en nuestros tiempos, en comparación con las épocas antiguas, podemos observar la curvatura que forma el Sol si se le retrata desde un mismo punto y a la misma hora del día por un periodo de un año. También funciona con la luna, pero es un poco más complicado.
Este fenómeno se debe a los dos movimientos que nuestro planeta realiza constantemente: el de rotación y el de traslación. Capturar un analema suele ser un trabajo arduo y preciso, pero los resultados son sorprendentes. A continuación verán varios ejemplos de este increíble hecho natural.