Las PCs siguen ocupando un lugar fundamental en las vidas de los usuarios de todo el mundo. Pese a que tanto tablets como smartphones han ido ganando con el tiempo muchas posibilidades de uso, la PC continúa siendo el actor fundamental en lo que se refiere no sólo a empresas, sino a cualquier tarea de productividad dentro o fuera de casa. Con la madurez que otorgan sus más de 30 años de historia, no hay tarea que no puedan llevar a cabo, siempre que la máquina sea capaz y no esté obsoleta.

Algo está claro, las necesidades entre profesionales nunca son iguales. Si algo existe en el mercado es diversidad, en aficiones, necesidades y usos. Por ejemplo, las PCs con cierta edad son capaces de navegar por la web con fluidez, pero en el momento en que las páginas comienzan a estar muy recargadas, con lenguajes modernos y, sobre todo, el vídeo impera en redes sociales, medios y blogs, el usuario puede sufrir las consecuencias de la obsolescencia. No se puede hablar en este apartado aún de productividad, pero sí de satisfacción con el producto. Si algo que usan los profesionales de tu empresa cada día en el trabajo hace su experiencia frustrante, y ya has probado todas las soluciones al alcance de tu mano, es momento de renovar tus equipos.

Cuando el ocio deja paso al trabajo profesional, tener un PC obsoleto agrava la situación. Ya no puede hablarse de falta de satisfacción, sino de una gran pérdida de productividad y eficiencia energética. Según un estudio de Prowess, se pueden perder casi 3 días por año trabajado utilizando hardware viejo. La explicación se encuentra en los tiempos perdidos en procesos rutinarios como encendido, apertura de aplicaciones y archivos, o llevar a cabo tareas pesadas o semipesadas con aplicaciones profesionales como las de la suite de Adobe o Microsoft Office.

Dada la variedad de usos, la empresa debe renovar las PCs cuando su hardware deje de cumplir las necesidades para las que fue concebido

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80% menos de tiempo de encendido con un equipo nuevoEnergéticamente, con la sexta generación de procesadores de Intel se puede llegar a ahorrar entre un 50%-60% de energía con respecto a la tercera generación. Esto no sólo redundará en tarifas de compañías eléctricas mucho menores, sino en autonomías más prolongadas en portátiles. Los modelos de varias generaciones atrás, además de tener baterías muy degradadas por el paso del tiempo, tienen un consumo mayor que no garantizará que su autonomía pase de una o dos horas. La generación actual, además de haber mejorado el consumo por procesadores, se beneficia de baterías de mayor densidad, y con autonomías de hasta 10 horas en ciertos modelos, siendo la herramienta perfecta para acabar el día. Si la autonomía es clave para el profesional, renovar en el momento en que esta se reduzca es fundamental para la empresa. El objetivo es que trabajemos más productivamente.

Por último, si hay un mercado donde las renovaciones de PCs son casi obligatorias a parte del profesional, ese es el IT. A diferencia del ocio ligero, la ofimática o incluso tareas pesadas en trabajo, perder velocidad en servidores, fallos de conexión con el cloud computing, etc, es toda una frustración. No es cuestión de esperar más para obtener algo, sino que el hardware sea capaz de cumplir con los requisitos técnicos que los servicios demandan y la sincronización con ellos se haga siempre de forma satisfactoria. Cualquier problema técnico podría hacer que la seguridad de nuestra información se viera comprometida.

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