Uno de las mayores preguntas desde que YouTube dio sus primeros coletazos de vida y las redes sociales se convirtiesen en el centro de todo, es la de cómo se puede hacer un contenido viral, si se puede provocar esa viralización y si es posible hacer negocio con ello.

Sabiendo que Fizzar, una startup chilena que lleva ya un tiempo trabajando en este sector, la respuesta al menos para ellos es que sí. Este trabajo, como cualquiera, tiene sus trucos; sobre todo en Chile, lugar en el que la cultura de lo viral o tiene demasiada tradición, ni para los usuarios ni para las empresas. En palabras de Paulo Ramos de Fizzar, una startup que propone viralizar contenidos en Internet para marcas, "no existe forma de saber si algo va a triunfar o no, pero sí de intuir qué pueda funcionar" porque después de ver cientos de campañas algo se aprende.

"Las empresas mandan contenidos con títulos que ya sabemos que no van a triunfar, pero con un puntapié inicial sí que hay posibilidades."

Y es que la clave de todo está en ese empuje inicial. "No se le puede asegurar nada a los clientes porque es imposible saberlo, pero el contenido es importante y esencial para que tenga posibilidades". Sin embargo, si hay cientos de personas apoyando una campaña, las posibilidades se incrementan exponencialmente. Ese es el trabajo principal de Fizzar: ayudar a que las campañas se levanten lo máximo posible gracias a la colaboración de usuarios, gente joven en su mayoría, que ofrecen sus redes sociales y seguidores para iniciar el proceso.

De entre esos usuarios, entre los que ya cuentan con casi 18.000 en todo Chile, se elige a los mejores para cada campaña. Es decir, su edad, sexo o lugar de residencia son esenciales para que algo tenga más o menos efecto. Los estudios de mercado no sólo sirven para los que van a consumir la información, también para los que la van a propagar. "Y con el paso del tiempo, y a prueba y error, en Fizzar se ha aprendido cómo dividir a los usuarios". En el caso de Fizzar, que paga a sus usuarios por viralizar, es mucho más simple puesto que necesitan datos fiscales reales.

Fundadores Fizzar

Este modelo de negocio trae consigo varias ventajas. Por un lado, comenta Paulo, que da empleo a gente joven, universitaria, de unos 22 años de media, -el 80% concretamente-. Por otro, "ayuda a ofrecer a las marcas números sólidos de usuarios" reales, y tercero porque supone una monetización asegurada para la startup haciendo así que propagar contenido en internet sea rentable. Por cada usuario cobran a la marca una media de tres dólares, de los cuales uno es para el usuario, otro de aprovisionamiento y el último para las ganancias de Fizzar.

Lo de viralizar no siempre fue la idea

En un principio se viralizaba para startups, pero había más oportunidades en relacionarse con las marcasFizzar no nació con la vocación de ser una herramienta para la viralización. Y de hecho, ni estaba por nacer. Los fundadores de la empresa, Paulo Ramos, Fredy González y Víctor Álvarez acudieron a un gerente de marketing para presentar un proyecto completamente diferente. Dicha persona les explicó que tenía varios vídeos que no era capaz de que se compartiesen en la red, y de ahí nació la startup.

Primero tuvieron el enfoque de ser una lanzadera de marketing para pequeñas empresas, como forma de ayudar a otras startups a que se diesen a conocer en un ecosistema en el que la publicidad es tremendamente cara. Pero las marcas empezaron a ver las virtudes de este tipo de mecanismos y que usuarios "normales" tuviesen las campañas en sus manos; por lo que Fizzar hizo un viraje de último momento y encontró en la publicidad su futuro de mercado.

Y cambió el modelo de negocio, pero también el modelo de pago a los usuarios. Antes, nos comenta Paulo, se pagaba en función a la visualización de contenidos; " y con este mecanismo había gente que ganaba mucho dinero", sobre todo aquellos usuarios que son muy populares. Sin embargo, lo que buscan es pagar menos a más personas, en vez de mucho a una sola. En este momento se mide en cuanto a compartidos y a las acciones que los propios usuarios realizan para sacar adelante las diferentes campañas. Es decir, que estos se mantengan activos durante el proceso.

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