Conocer a ciencia cierta el número de empresas que nacen, crecen, fracasan o cambian es relativamente fácil. Identificar cuáles de ellas pertenecen al sector startup ya complica más la situación. Las estimaciones apuntan a que al menos en Silicon Valley existen unas 23.000 empresas de este tipo, y en España unas 3.000 apuntando por lo alto.

Pivotta intenta dar una segunda vida a ese gran número de startups que cierran. O al menos a sus activosDesde 2014, el número de startups creadas en España ha aumentado de forma exponencial. Desde esa fecha, y hasta 2015, la cifra de todos aquellos que se han sbido al carro de la innovación ha aumentando en un 26%, y algo menos en 2016 según Startupxplore, el dilema en todo esto se encuentra en las cifras de fracaso. Ese temido fracaso. Y no solo en España, también en Estados Unidos donde ya se están viendo muestras de un descenso progresivo. Algunas estadísticas apuntan a que el cierre se encuentra en nueve de cada diez startups que se crean, otras que tres de cada cuatro. Sea como fuere, la cifra es muy alta.

Algunas fracasan porque la competencia es mucho más fuerte que ellos, tienen carencias respecto a la financiación de sus proyectos, alguna que otra mala decisión de sus líderes, malas imitaciones de otros modelos de negocios demasiado manidos... La lista es muy larga, sobre todo para aquellas dedicadas al comercio electrónico, gaming, viajes o turismo.

Habilidades digitales para emprendedores
Stokkete | Shutterstock

Una segunda vida también es posible

Cuando todo falla y no hay más remedio que echar el cierre de la empresa. Resolver cuentas, finiquitos y cierres en el registro son cuestiones de cita obligada; pero, ¿qué ocurre con todo lo aquello inmaterial que se deja atrás?.

Los precios de venta pueden salir a subasta o establecerse por los propios emprendedoresYa ocurrió hace unos años con el colapso de las puntocom, en las que muchas dejaron atrás carísimos sitios web, con cuidados diseños o códigos imposibles. Y ahora, aunque sin pinchazo, la situación se repite. Prácticamente los primeros meses, y en algunos casos incluso años, los fundadores de esta u otra startup se dedican en cuerpo y alma a crea de cero un interface lista para la usabilidad. Cuando todo fracasa muchos optan por tirar todo ese esfuerzo a la basura. Delete y vuelta a empezar. Otros sin embargo, pueden optar por venderlo en un "mercado de segunda mano" y aprovechar los réditos que esa venta les produzca. Algo es algo, dirán muchos.

Por el precio que las subastas estimen, o por el importe de salida que los emprendedores quieran vender su producto, Pivotta, una startup valenciana, propone una suerte de desguace para estas empresas. No es tanto venderlo por piezas como si de un coche se tratase, pero sí de tener la oportunidad de venderlo al mejor postor.

Es una forma sutil de seguir con el ciclo de la vida de las startups. Sólo es necesario publicar el activo en cuestión, una pequeña explicación y que, al menos, una parte de ese emprendimiento siga con vida. Desde luego, no es una opción apta para sentimentales. Y en esto se incluyen bases de datos, estudios de mercado, apps, webs, know how, patentes o royalties entre otras muchas cuestiones. Es decir, que quizá ese emprendedor no ha tenido suerte pero el siguiente ya tiene gran parte de camino hecho y tal vez sepa darle forma de nuevo y triunfar.

Y las cifras de startups que cierran es muy elevada, y no tiene que existir tanto drama en esta cuestión porque al final forma parte de la vida de las startups, por lo que recurrir a este tipo de opciones puede ser una gran idea. Así como el hecho de emprender en ellas viendo una oportunidad de mercado en algo que, a priori puede parecer negativo.

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