No a todo el mundo le puede gustar la investigación universitaria, hasta los que no son nativos digitales tienen un hueco en el futuro empresarial que se presenta y la ética es una pieza clave para cualquier proyecto.

El objetivo de Opinno es enseñar a las empresas ser más ágiles y abiertas a los cambiosCon estudios en ingeniería industrial y energía nuclear, Pedro Moneo pronto se aburrió de estar en esa parte de la innovación. Tras pasar por la consultoría estratégica para grandes tecnológicas y ayudarlas a salir a bolsa allende los mares, de nuevo echó de menos las ciencias. De todo este proceso se llevó la idea de que lo que más futuro tenía para él era la trasferencia tecnológica. Es decir, montar startups con ideas que nacían en los laboratorios y centros de innovación. Rumbo a San Francisco, la cuna del emprendimiento, Pedro Moneo montó Opinno en 2007, una consultora para la innovación.

Casualidades de la vida que la misma semana en la que la empresa daba sus primeros pasos,uno de los grandes iconos financieros se iba a pique. Lehman Brothers ponía al mundo patas arriba y se iniciaba la peor crisis financiera de la historia. Pedro Moneo había decidido crear tras Opinno conocer casos de mucha gente que había sobrevivido a las puntocom aprendiendo la lección de ser más ágiles y abiertos. El destino quiso que esta solo haya conocido años de crisis, lo cual les ha venido muy bien.

Precisamente de esta carrera y aprendizaje, de su relación con el MIT, de los nuevos patrones de innovación tanto en materiales, conceptos o empresas hablará el próximo mayo en Zinc Shower. Evento en el que participa como uno de los ponentes.

Shutterstock / yvon52
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De la innovación por ocio a la innovación por necesidad

La crisis económica ha traído grandes problemas a España, eso es indudable. Pero también ha causado grandes cambios beneficiosos. El relevo generacional que se ha producido a todos los niveles ha sido esencial: las grandes corporaciones, los políticos y hasta la corona han cambiado a sus cabezas representantes. Y como nos comenta Pedro, "los nuevos que entran tienen una gran comprensión del mundo que les rodea, y sobre todo de la época digital que les ha tocado vivir".

Hasta hace unos años el concepto de director de innovación se antojaba absurdo, así como el hecho de preocuparse de la responsabilidad social corporativa. En los primeros años de Opinno en España el papel era el de la evangelización, ahora "estamos en otra fase". De lo cual se alegra mucho.

Y aún así hay mucho trabajo pendiente. "España está en un estado más atrasado del que debería, pero está creciendo", pero sobre todo habría de enfocarse al futuro y a los sectores en los que es una potencia:

"España es líder en turismo, construcción agro y medicina, por lo que tenemos una oportunidad en estos sectores. Los líderes empresariales y políticos tienen el papel de ponernos a la cabeza y no tienen más remedio que hacerlo."

La cuestión está en esa parte necesaria. La innovación requiere de marcos claros en los que generar negocios con seguridad y confianza, tanto para empresarios como para inversores. Y para Pedro el problema es que hemos sido muy lentos en crear ese marco, en el que la educación es vital, pero que estamos a tiempo de ponerlos al día. Sobre todo porque no existen grandes empresas tecnológicas en España, que serán las garantes de creación de empleo futuro. Que no quiere decir que haya que olvidarse de lo que ya está:

"El mundo digital no va a crear una nueva economía ni va a hacer desaparecer la tradicional. Simplemente hay que reciclar los sectores que dan de comer a la mayor parte de la población española para que sigan siendo competitivos."

Al final, "la tecnología es un democratizador" que facilita el acceso a la gente y les da nuevas herramientas.

El problema de la ética

Pudiera ser el caso de Opinno o de cualquier consultora, pero lo cierto es que pocas empresas se adaptan a la nueva economía. Para Pedro Moneo estas deben ser abiertas, saber colaborar entre sí y con el exterior, ágiles y centradas en el usuario y en el empleado. Pero sobre todo tener ética; "no sirve de nada hablar de códigos y últimas tecnologías si no hay ética". La lástima es que muy pocas cumplen.

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