La transición hacia el coche autónomo será compleja pero apasionante, y en este camino los fabricantes tendrán que resolver todo tipo de incógnitas. Una de las más importantes es la forma en la que el coche comunicará al conductor: "oye, toma el control porque no sé cómo reaccionar". Y digo que es de las más importantes porque imagina que estás durmiendo o viendo una película o simplemente andas distraído sin darle importancia a lo que sucede a tu alrededor. ¿Cómo te avisará el coche?

Ahora mismo hasta el mejor coche autónomo es incapaz de resolver el 100% de las maniobras.

Estadísticamente se tarda 1 segundo más o menos en cambiar de tarea, un tiempo muy elevado si el coche circula a 120 km/h ya que se recorren muchos metros y el peligro puede estar muy cerca. La transición entre, por ejemplo, dejar de consultar el correo electrónico y tener que ponerse a los mandos y pedales del coche es un tiempo que debe ser posible reducir al máximo y por ello los investigadores están probando las formas en las que nos podría avisar el coche autónomo para que tomemos el control.

Sobre la mesa se encuentran sistemas que hagan vibrar al asiento cuando exista un peligro, avisos acústicos (como pitidos o voces) y visuales en las pantallas del vehículo e incluso encender y apagar las luces del interior del coche autónomo. Lo más probable es que el coche use todos los dispositivos que tiene a su disposición para avisarnos que tenemos que manejar el coche de forma urgente.

coche autónomo

Es tan importante avisar como informar del peligro y por ello usando la vibración en el asiento podrían indicar el lado al que haya que girar o sobre el que hay que prestar atención, con la voz se podría informar también de la dirección y las pantallas táctiles podrían mostrar las imágenes para poder conocer lo que sucede en el exterior del coche.

Si la situación es verdaderamente urgente, no se puede corre el riesgo de depender de un solo aviso.

El coche autónomo sabrá también si estamos en una posición que nos permita tomar el control por lo que a la vez que nos avisa podría acercar el asiento para que lleguemos a los pedales y configurar la posición del volante para que tardemos el menor tiempo posible en hacernos con los mandos de nuestro vehículos.

Y ahora la pregunta es: ¿quién será el responsable en caso de que suceda una accidente y no nos de tiempo a tomar el control del coche autónomo? ¿Estaríamos tan tranquilos si sabemos que en cualquier momento puede el coche requerir que lo controlemos nosotros? Estas y muchas dudas más son las que hacen que la conducción autónoma sea muy compleja pese a que comiencen a llegar los primeros sistemas semiautónomos. Llegar al 90% de conducción autónoma ha sido sencillo, el 10% restante será tremendamente complicado si es que alguna vez llegamos al 100%.

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