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Abril de 2016. Las nuevas tecnologías ya no son tan nuevas e Internet no es una opción, es el único camino. A estas alturas ya podemos hablar del impacto de los dispositivos y la conectividad que han transfomrado la sociedad por completo en los últimos años. Basta de buzzwords.

La fotografía, tras el momento dulce que supuso el cambio de siglo con la llegada de la cámara digital al mercado de consumo, tuvo años de apogeo. Hacer, editar y compartir fotos empezó a ser mucho más sencillo y económico que con las cámaras de carrete. Para mediados de década, todo el mundo tenía ya una cámara digital en casa, y los fabricantes hicieron su agosto con un nivel de demanda sin precedentes.

Camaras vendidas fotografia 1999 2015

Cabe señalar que antes de 1999 nunca hubo ni de lejos un nivel de demanda como el visto a partir del 2000. La década de los ochenta supuso una generosa subida en los números de ventas de cámaras de fotos, tal y como señalan los datos de CIPA (Camera & Imaging Products Association), pero el nuevo milenio explotó como nunca antes las ventas de cámaras: llegaron más a muchos más hogares.

En una década han tenido lugar dos democratizaciones: el salto del carrete al digital, y el salto del digital a la conectividad y edición integradas en un dispositivo de uso continuoEl atractivo de la fotografía se multiplicó gracias a la democratización de la captura, edición y "revelado" de las imágenes, así como la posibilidad de hacer muchas, muchísimas más fotos que con los carretes. "Revelado" porque si antes la única opción era el papel, en ese momento para muchos comenzó a ser suficiente con verlas (y compartirlas) en una pantalla.

Pero a finales de la primera década de este siglo, y durante todo lo que llevamos de este, ha aparecido un enemigo natural de las cámaras digitales: el smartphone. Un dispositivo que cabe en un bolsillo, nos acompaña siempre, y ha ido ganando más y más calidad fotográfica cada año. Nuevamente, la inmediatez y las posibilidades de edición rápida y compartición golearon a las cámaras digitales.

Así, muchos usuarios fueron descubriendo que el reemplazo de su vieja cámara digital no sería otra cámara digital, sino un smartphone en el que merecía la pena aumentar la inversión.

A la cámara digital se le sucedieron tres problemas graves en cinco años:

  • Primera fase: el smartphone es suficiente para la mayoría. Especialmente a partir de 2010, los móviles alcanzaron una calidad de imagen que para el usuario promedio era suficiente para su día a día, sus recuerdos e incluso sus viajes. Esta tendencia aumentó en la misma medida en la que el paso del tiempo fue haciendo las cámaras de los smartphones cada vez mejores. Bonus: ¿para qué llevar dos dispositivos pudiendo llevar uno, que además es más pequeño?

  • Segunda fase: el smartphone permite editar las fotos y subirlas a redes sociales o enviarlas por mensajería instantánea en menos de un minuto. Aquí, el argumento de la mayor calidad de las cámaras, totalmente razonable, simplemente se quedaba solo. Frente a la conectividad y la inmediatez ya no podían hacer nada. Hubo algunas propuestas de cámaras conectadas, pero se diluyeron como neblina en la claridad de la mañana.

  • Tercera fase: la cámara frontal es la cámara principal para muchos usuarios, cada vez más. Algunos fabricantes reaccionaron rápidamente con pantallas abatibles que permitían verse mientras se hacían una autofoto. Pero todos sabemos que esta solución tiene mucho de parche y está contrapuesta a las dos fases anteriores.

Las selfies han arrasado y el smartphone tiene el form-factor, la conectividad y las herramientas de edición perfectas para ellas. Shutterstock.
Las selfies han arrasado y el smartphone tiene el form-factor, la conectividad y las herramientas de edición perfectas para ellas. Shutterstock.

El mercado profesional, el clavo ardiendo

La tendencia de estos últimos años han tenido una consecuencia clara: el mercado de cámaras fotográficas se ha desplomado en el mercado de consumo para el usuario doméstico, que ha abrazado el smartphone, y... en todo caso, una cámara DSLR y/o con lentes intercambiables como complemento superior que sí desbanca al smartphone de forma clara, así como para el papel de la grabación de vídeo.

En mitad de una crisis que se acentúa año a año, la industria fotográfica ha encontrado en las réflex principalmente, así como en los micro 4/3 con lentes intercambiables, su particular clavo ardiendo. El mercado profesional, que ha dejado cautivo y desarmado al smartphone que ha intentado penetrar en su territorio, es ahora mismo el mejor aliado.

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A él se le une el consumidor doméstico avanzado que complementa a su smartphone con una cámara de mucha mayor calidad y versatilidad, especialmente bendecida para viajes y eventos de postín. Donde no llega el iPhone, llega la Canon. En poco más de un lustro, la proporción cámaras de lente fija / cámaras de lente intercambiable ha pasado de 16/1 a prácticamente 2/1.

camaras lente fija intercambiable

Vida útil

Los fabricantes de cámaras se han encontrado con un problema añadido: para el grueso de sus consumidores, el plazo de renovación de una cámara no puede compararse al de un smartphone.

En este punto existe una relación de amor-odio con las lentes intercambiables: suponen una extensión en ventas e ingresos, pero al mismo tiempo su capacidad de mejorar los resultados de una misma cámara con el paso de los años merma la capacidad de venta de nuevas cámaras.

Así, el mercado fotográfico lleva diez años viendo cómo cada vez un mayor porcentaje del dinero que mueve se concentra en las cámaras de lentes intercambiables y en las propias lentes intercambiables. Mientras tanto, la cámara de lente fija queda empadronada donde habita el olvido. De suponer casi tres cuartas partes del negocio en 2006, no llega ni a una cuarta parte en 2015.

porcentaje valor camaras

Hasta que llegue la próxima revolución, y llevamos muchas en muy poco tiempo, el escenario es claro: el mercado fotográfico actual se reduce al smartphone y las cámaras con objetivos intercambiables. El resto ha ido perdiendo protagonismo y no hay indicadores que sugieran un retorno. Y la tendencia y la lógica juegan en contra del mercado de réflex y compañía: la vida útil de estas cámaras es larga, la renovación llevará tiempo. Mientras tanto, Samsung y Apple venden terminales con fantásticas cámaras superpuestas como vendía acciones de a centavo Leonardo DiCaprio en El Lobo de Wall Street.

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