Más de cincuenta años ha durado el bloqueo a Cuba por parte de Estados Unidos, con variaciones políticas a lo largo de estas décadas que han cambiado la exposición social y económica de la isla. Sin embargo, pese al mayor aperturismo vivido estos últimos años, en lo que a cuestiones tecnológicas se refiere, Cuba sigue estando en una situación altamente paradójica. Con una población cualificada pero con escasos recursos, el nuevo statu quo al que se enfrenta el país desde verano del año pasado y una tendencia arrolladora a nivel mundial, en lo que a startups se refiere, Cuba está intentando encontrar su hueco en el nuevo panorama mundial.

Arrastrando el pasado

Al contrario de lo que sucede en Corea del Norte, salvando las distancias con su sistema político, Cuba cuenta con el 100% de su población alfabetizada y gran parte de ellos (casi 11 millones) con estudios superiores. Profesiones como la de médico, ingeniero o científico son bastante comunes, no significando esta cuestión que necesariamente tengan que estar dedicados a un empleo relacionado con su formación. Es decir que, pese a la situación compleja vivida en el país, el nivel educativo de su población no ha quedado relegado a los últimos intereses nacionales.

Las estructuras empresariales en Cuba son inexistentes por todo trabajo autónomo se hace por intuiciónEl problema, uno de los más acuciante, es que solo existe un 5% de penetración de Internet en la isla. Con una conexión a la red a través de un cable submarino proporcionado por Venezuela como su única infraestructura tecnológica, el nivel de red es prácticamente inexistente. Limitado de forma legal principalmente a las profesiones que, por alguna razón, necesitaban obtener información del extranjero (médicos y profesores principalmente) y a los hoteles para abastecer a los turistas que demandaban una línea, aunque precaria, para sus dispositivos. No era extraño encontrar empleados con alta formación, y con sueldos muy por debajo de lo que se podría esperar, trabajando para hoteles y transportes con conexión simplemente para poder acceder gratis a Internet. De hecho, antes de julio de 2015 no existía ningún ciberpunto (lugares con conexión wifi abierta al público). Con la apertura y el acuerdo con Estados Unidos ahora ya hay cinco en la Habana de libre uso. Pero siguen siendo insuficientes. Estas redes no llegan a los hogares, por lo que salir a la calle con el portátil o el teléfono, permitidos desde 2008, es la única solución para muchos cubanos.

A la cuestión de la precaria infraestructura se le une el hecho de que gran parte de la actividad empresarial cubana con más peso en la economía está fundamentada en el turismo. El PIB de Cuba está compuesto en el 73,9% por el sector servicios, en fase creciente desde que se anunció el acercamiento de Estados Unidos. Añadiendo a esto unas pequeñas exportaciones de petróleo, níquel, azúcar, tabaco, productos médicos, pescado y café tenemos el global de los réditos del país. Es decir, no hay ninguna estructura empresarial real fundamentada en los negocios, el marketing y, ni mucho menos, Internet. La tecnología financiera digital no tiene cabida en Cuba, por lo que los pagos de cualquier tipo se mantienen en el terreno físico. La creación de empresas se realiza en base al trabajo autónomo, no estando regulada en ningún caso por leyes, licencias o sistemas fiscales gubernamentales. Aunque ciertamente esto genera problemas de organización y gestión, tiene una ventaja: no existen límites a ninguna actividad.

cuba y estados unidos
TonelloPhotography - Shutterstock

Y aun así se intenta

Con este panorama difícilmente podríamos pensar que en Cuba pueda existir un ecosistema real en el que las startups empiecen a crear negocios. De forma tradicional, estas han crecido en lugares altamente capitalistas que, por falta de oportunidades laborales, necesitan crear un nuevo ecosistema laboral que acoja a todos esos empleados altamente cualificados. Y Cuba es de todo menos capitalista, pero sí tiene grandes profesionales cualificados y muy creativos.

Pese al deficiente Internet de Cuba existen algunas startups que han encontrado su encaje en la islaSin embargo, alguna empresas como Airbnb, recientemente importada desde Estados Unidos, han encontrado el ambiente perfecto para crecer y ofrecer su servicio. Con un éxito inaudito, la plataforma de hospedaje tiene la mejor no regulación a su favor a precios mucho más competitivos que las famosas cadenas hoteleras de Cuba. No así como Uber que, con el precario sistema de conexiones que existe en la isla, contratar un taxi a través de una aplicación se antoja un tanto absurdo.

Pero sí que ha encontrado su hueco un pariente lejano de la startup y nativo de la isla enfocado al transporte, Yotellevo. Que ofreciendo un servicio de chófer previamente contratado, hace las funciones de transporte por la isla principalmente para los turistas. Esos que también se pueden ver beneficiados por los servicios de Fonoma, una empresa de recarga de móviles. Y es que es precisamente el turismo el que está dando salida a la mayor parte de estos emprendimientos. Visitantes de diferentes lugares del mundo saben de la condición de Cuba, pero no rechazan poder encontrar servicios similares a los que disfrutan en sus lugares de origen y, mucho menos, si pueden contratarlos a través de Internet.

Airbnb  en Cuba
Airbnb en Cuba

¿Por qué Netflix no ha tenido ningún éxito en Cuba? Los planes de Internet son demasiado caros, así como las suscripciones a la plataforma. La solución de los ciudadanos es recurrir a un servicio ilegal, pero práctico, que pese a su estigma ha encontrado un hueco entre las necesidades y las posibilidades de los cubanos. Conocido como "El Paquete Semanal" funciona como una suerte de Netflix o biblioteca pirata que no necesita conexión a Internet puesto que se "distribuye" a través de un pen drive o memoria.

El emprendimiento en Cuba está sufriendo una brecha entre nativos y turistasSalvo excepciones con Revolico que, de una forma u otra, intenta parecerse a Amazon, empresa que por cierto está lejos de conquistar la isla, o AlaMesa como un pariente lejano de Just Eat, pocas son las empresas que están dedicadas a la población nativa.

Con esto extraemos dos conclusiones. La primera de ellas es que, al igual que como ocurre en China, se está intentando hacer una copia de las grandes tecnológicas que han tenido éxito en Estados Unidos; la diferencia es que en este caso no es por lograr ingresos multimillonarios, sino por necesidad y adaptación al entorno. La segunda es un problema, que de no solucionarse se volverá endémico. Es cierto que existen buenas intenciones internacionales para promocionar el emprendimiento en la isla pero, ¿qué tipo de emprendimiento? A dos niveles se está diferenciando aquel muy minoritario dirigido a los residentes y por otro, el más sofisticado, solo para turistas con poder adquisitivo. Es decir, en vez de crear infraestructuras que den acceso real a más personas se está creando una verdadera brecha dentro de un mismo país. Lo más crudo del capitalismo puede hacer mucho daño a Cuba.

Si una cosa está clara es que el camino de Cuba aún tiene mucho trecho por recorrer, y el bloqueo de estos años tardará en superarse.

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