Los indicios de que las cosas se están tomando con mucha más calma desde las cálidas regiones de Silicon Valley cada vez son más numerosos. Los fondos para las rondas de inversión no han menguado, pero las valoraciones se están haciendo más suspicaces a lo que ha de venir dentro de unos meses o años.
Con esta, Snapchat cierra su novena ronda de financiación pero se estanca con la valoración
Ha sido el caso de Snapchat que acaba de anunciar una ronda, la novena, por valor de 175 millones de dólares. Y menos mal que ha llegado porque dada la frecuencia con la que estas empresas levantan capital ya nos estábamos empezando a preocupar por Snapchat y su parón desde mayo del año pasado. Aunque como han confirmado a Wall Street Journal fuentes cercanas a la empresa esta operación forma parte de una ampliación de la del año pasado, que se pospuso con vistas a mejorar el precio de las acciones a un año vista. Mal hecho. Y entre sus inversores, en este caso se ha presentado un solitario Fidelity Investments, el cual no tendrán ningún problema financiero si esta inversión se va a traste.
Sin embargo, la cuestión en este momento es el tema de la valoración, pese a lograr casi 1.360 millones de financiación en total, de Yahoo o Alibaba entre otros, y situarse como la sexta startup en empate con Didi Kuaidi con más rondas del panorama tecnológico mundial, la red social de vídeos no ha mejorado en su valoración. Se ha quedado estancada en la cifra de su anterior ronda de financiación de mediados de 2015: 16.000 millones de dólares son muchos millones pero no los suficientes para Snapchat. Después de todo, ese número virtual significa mucho más de lo que pensamos de cara al caramelo de los mercados bursátiles que tanto ansía este grupo de empresas. ¿Estamos entrando en una fase en la que se mantienen las rondas millonarias pero las valoraciones no solo se van a estancar, sino que van a caer?
El problema de la empresa, y de tantas otras de su condición, sigue siendo el mismo: la monetización. Los inversores saben del potencial de la empresa, sobre todo en el caso de Snapchat que en este momento tiene absorto a medio mundo adolescente, con lo que esa fuerza supone para los departamentos de marketing de cada empresa, pero que si no genera ingresos la potencia se desploma por sí misma. Pese a haber conseguido varios acuerdos que ayuden a la expansión de su negocio a través de la publicidad, compra de productos exclusivos para la app y, por lo que hemos podido adivinar, un posible desembarco a los ordenadores como fórmula para mejorar sus perspectivas a futuro que, salvo por el simple tema de los ingresos, pinta muy bien.