Google cambia el nombre de la plataforma de Chromecast por el de Google Cast, pero lo cierto es que ha hecho mucho más, planteando un concepto en línea con lo que sigue el mercado pero con un fondo diametralmente opuesto: dinamitar el concepto que tenemos de mando a distancia, y valga la redundancia, distanciarse lo máximo posible de ese invento que, cambio de materiales por el medio, lleva idéntico en nuestros salones desde los 60s.
Como bien recogen en The Verge, Vizio es la compañía que más TVs vende los Estados Unidos, y seguro que, de internacionalizarse, se llevaría buena parte del mercado de las compañías asiáticas de dominan en Europa. Y en Vizio han tenido un idea, una a la que hasta ahora todos se habían aproximado, pero hacía la que nadie ha sido capaz de dar el salto: olvidarse de S.O. complejos en la TVs y darle el control a un dispositivo externo.
Por el camino fácil, Vizio podían haber cambiado el concepto de mando a distancia como Apple con el ATV de cuarta generación, pero en lugar de eso, se han asociado con Google para rediseñar toda la experiencia de TV con Cast de la mano: han eliminado el mando a distancia y puesto una tablet en su lugar con Android, que gobierna la TV a través de Google Cast de forma similar al binomio de Chromecast + Android/iOS.
Ahora el cerebro de la TV está en el tablet, de forma que no dependes del fabricante
Es especialmente paradójico si tenemos en cuenta que, la tablet de pulgadas que acompaña a la TV es, en realidad, otra TV que puede ser utilizada de forma independiente o paralela. ¿Recordáis cuando hablamos de tener TVs tontas y el cerebro por separado? Pues el concepto es similar: la TV se beneficia de la tecnología que importa: 4K, HDR, paneles ultrafinos... y el cerebro se va a la tablet o a un dispositivo con Cast (con independencia de que bajo el panel la TV tenga un S.O. competente).
El movimiento de Vizio es interesante y arriesgado, pero de la misma forma que avanza hacia Android inicialmente como tecnología de apoyo lo hace desde fuera, sin atar al usuario a un sistema estanco a merced de la política de actualizaciones del fabricante. Al fin y al cabo, el smartphone se ha convertido en el centro de nuestra vida, ahora también lo será de nuestra TV.