Álvaro Reyes es un viejo conocido español desde que hace casi dos años contase su historia eldiario.es en "Cursos de machismo a 300 euros". Un joven español como tantos otros, con una particularidad: a través de su canal de YouTube (y su web, y su cuenta de Twitter, y...) enseñaba, previo cobro, técnicas de seducción para las mujeres, con contenidos absolutamente avergonzantes y enjuiciables, que incluían frases como "querer ser bueno con las mujeres sin ser rechazado es como irte de putas y no pagar", o capítulos como "Cómo hablar sucio y que quiera ir contigo a casa" o "Qué hacer cuando ella te dice que tiene novio".

Álvaro Reyes, autor de joyas como "No esperes a su permiso. Siéntete con derecho para hacer lo que quieres. Pedir permiso es síntoma de inseguridad"

Tras el revuelo ocasionado a raíz de aquel artículo, el susodicho Álvaro Reyes (cuyo nombre real es Jeremías) volvió a empadronarse donde habita el olvido y nunca volvió a recibir la atención de los focos mediáticos. Hasta hoy, ya que se ha dado conocer que durante este fin de semana, del 11 al 13 de marzo, volverá a la palestra con clases de seducción "en directo", con hasta siete "alumnos", aprovechando la noche madrileña. Por eso, y porque una antropóloga de 22 años ha abierto una campaña en Change.org pidiendo el cierre de su canal de YouTube por apología del acoso sexual. De momento la campaña va por 22.000 firmas, y subiendo.

Un canal de YouTube, por cierto, que cuenta con más de 400.000 seguidores, y al que no vamos a enlazar para no darle más publicidad de la necesaria: en ellos se puede apreciar un tono miserable, altivo, y que cosifica a la mujer, donde el rechazo es algo transitorio. La motivación que vende, barata y vergonzante. En lugar de eso, destaca un terrible machismo y una misoginia impropias de un joven nacido a finales de los ochenta. Algo falla con él, y con que lleve casi medio millón de suscriptores. Por sacar una frase, de entre tantas, que representan bien su canal y su estilo:

"La chica se empezó a comportar como dudando, David y Alejandro la cogieron con total autoridad y la subimos al piso sin rechistar (nota: cuando una chica actúa con inseguridad, guíala tú. Ella necesita un líder que la lleve y si tú subcomunicas esa seguridad, ella se sentirá segura y te seguirá)".

Absolutamente lamentable.

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