los cuatro de greensboro

Monumento a los Cuatro de Greensboro en la universidad estatal de Carolina del Norte - Greensborodailyphoto.com

El racismo, el odio o aversión insensatos por una etnia distinta a la nuestra, es responsable de algunas de las peores tragedias humanas ocurridas a lo largo de la historia: si no han derivado en violencia directamente por considerar que “los otros” ni siquiera merecen ser tratados como personas, al menos la discriminación o el mal trato diferenciado e injusto siempre ha estado presente. Y aunque lo racionalicemos, nos metamos en la sesera buenos valores para contrarrestarlo y legislemos en su contra, la ciencia dice que probablemente todos somos racistas.Las sentadas consisten en que una o varias personas permanecen sentadas en algún lugar por bastante tiempo para visibilizar su postura

Sea como fuere, nunca debemos perder de vista lo que es correcto: rechazar el racismo porque se trata de algo irracional y dañino; y reconocer a aquellas personas que, en un momento u otro, han luchado para acabar con situaciones de desigualdad por motivos raciales, como la segregación, es decir, marginar o apartar de nuestro entorno a otros por algo tan estúpido como el color de su piel. Los Cuatro de Greensboro fueron de esas personas en una época crucial para la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos en Estados Unidos. Permitidme que os cuente qué fue lo que hicieron.

De aquí no nos mueve ni Dios

Para aquellos que hayan vivido encerrados en algún búnker hasta ahora o acaben de llegar a este planeta, las sentadas forman parte de las tácticas de protesta y reivindicación no violentas, y consisten en que una o varias personas permanecen sentadas en algún lugar por bastante tiempo para visibilizar su postura acerca de cualquier asunto de relevancia pública. Y fueron lo que los conocidos como los Cuatro de Greensboro eligieron para sus demandas.

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Los Cuatro de Greensboro el segundo día de la sentada en Woolworth - NPR.org

Sin embargo, no era la primera vez que esto ocurría en contra de la segregación racial: Samuel Wilbert Tucker, abogado negro de la National Association for the Advancement of Colored People o NAACP, organizó una sentada en la biblioteca de la ciudad virginiana de Alexandria en agosto de 1939; el Congress of Racial Equality las patrocinó en Chicago en 1942, San Louis en 1949 y Baltimore en 1952; y Carol Parks-Haun y Ron Walters, de la NAACP como Tucker, hicieron otro tanto en el restaurante Dockum Drugstore de Wichita (Kansas) en 1958.Los Cuatro de Greensboro se sentaron en la barra de una tienda Woolworth, que no servía a negros, y permanecieron allí hasta el cierre

Pero las que tuvieron mayor repercusión fueron, sin duda, las que los universitarios Franklin McCain, Joseph McNeil, David Richmond y Ezell Blair Jr., los Cuatro de Greensboro, realizaron en Greensboro (Carolina del Norte) en un local de Woolworth, compañía pionera en la venta five-and-dime, como los antiguos todo a cien españoles que en la actualidad son “tiendas de chinos” o, sencillamente, de artículos a muy bajo precio.

Woolworth, hoy Foot Locker, construyó el edificio neoyorkino que lleva su nombre, en el que se encuentra su sede, y disponía en su local de Greensboro de una sección en la que se servían comidas. Así que McCain, McNeil, Richmond y Blair la escogieron para su acción reivindicativa: el 1 de febrero de 1960, se sentaron en la barra pidiendo que les sirviesen una taza de café caliente y, sabiendo que allí no se dispensaba nada a personas con su color de piel, sino a “whites only”, permanecieron en el mismo sitio a la espera de su café hasta que la tienda cerró.

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Anne Moody en la sentada de la tienda Woolworth de Jackson - trbimg.com

Pero la cosa no quedó ahí: al día siguiente, los medios cubrieron lo ocurrido, que más de una veintena de estudiantes afroamericanos de distintos campus y alumnas del Bennett College se habían unido a la sentada, cosechando la misma negativa y quedándose en el local hasta la hora de cierre, entreteniéndose con lecturas o estudiando y sufriendo impertinencias de clientes blancos. El 2 de febrero fueron sesenta los que participaron en la sentada, y la dirección nacional de Woolworth se vio obligada a emitir un comunicado de resistencia por “respetar las costumbres locales”.Tras perder 1,6 millones de dólares de hoy, el gerente de Woolworth cedió y permitió que sirvieran comidas a los afroamericanos tras 5 meses de sentadas

La friolera de 300 negros concurrieron a la reivindicación el cuarto día, que se extendió a otra tienda similar, Kress; y tras una semana así, las sentadas se extendieron a otras ciudades del estado, Durham, Winston-Salem, Raleigh y Charlotte, y fuera de él, en Lexington (Kentucky); y pasando el tiempo, a muchas otras, como Nashville (Tennessee) y Richmond (Virginia). Y en la propia Greensboro, los activistas boicotearon muchas tiendas que se negaban a atender a afroamericanos, de modo que llegaron a perder un tercio de sus ventas, y docenas de comedores cerraron.

Y tras casi 200.000 dólares en pérdidas, lo que equivaldría aproximadamente a 1,6 millones actuales, el gerente de la tienda de la localidad, Clarence Harris, hizo que tres empleados negros se quitaran el uniforme de trabajo y pidieran comida en la misma barra, cosa que obtuvieron. Esto ocurrió el 25 de julio, casi cinco meses después del inicio de las sentadas. Y la mayoría de las tiendas no tuvieron más remedio que eliminar la segregación también.

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Woolworth de Greensboro - Brohammas.files

En ocasiones, estalló la violencia, como en Jackson (Mississippi), en cuya tienda se formó una turba en mayo de 1963 y no dejó de segregar a la clientela hasta 1965, o en Chattanooga (Tennessee), donde hubo peleas. Las sentadas, con decenas de miles de participantes, se produjeron por todo el sur de Estados Unidos y algunos lugares del norte, y en otros establecimientos y sitios públicos, como bibliotecas, galería de arte y otros museos, parques, playas, piscinas y hasta medios de transporte.Hasta el presidente Eisenhower declaró que simpatizaba con las sentadas por el impacto que tuvieron

Tuvieron tal impacto que, en marzo de 1960, el presidente Dwight Eisenhower declaró que “simpatizaba profundamente con los esfuerzos de cualquier grupo para disfrutar de los derechos de igualdad que están garantizados por la Constitución”, y en 1964 se aprobó la Ley de Derechos Civiles que obligaba a poner fin a la segregación racial en los lugares públicos. Para que luego digan los agoreros de siempre que las protestas y las manifestaciones no sirven para nada.

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