Algo que me preguntan seguido es cómo hago para escribir "tanto" -aparte de estos artículos, escribo otras cosas, entre ellas ficción, aunque no soy ni remotamente tan prolífica como algunos de los autores de Hipertextual-, y es una pregunta que resuelvo pronto diciendo la verdad: hay que leer mucho y tener disciplina. Pero hoy decidí tomarme un poco más de tiempo y darles algunos consejos que he acumulado a lo largo de los años sobre escribir más y mejor.

Lee todo lo que puedas

Esto, que suena a consejo repetido, en realidad es la piedra fundacional de un escritor: hay que leer mucho, en muchos géneros distintos y también en muchos órdenes de calidad: hay que leer lo bueno, para intentar aprender cómo se hace, y lo malo, para aprender lo que no debemos hacer y desarrollar nuestro estilo partiendo de lo que nos gusta y de lo que rechazamos.

Presta atención

Los escritores somos las típicas personas que andan por la vida fijándose disimuladamente en las conversaciones ajenas: cualquier pedazo de diálogo escuchado en el transporte público, cualquier escena de una película, básicamente cualquier cosa puede funcionar como la semilla de una idea. Prestar atención a las historias que consumimos, ya sea en libros, películas o series, también pasa por abrir bien los ojos para darnos cuenta de cómo están construidos los personajes, cuáles son los dispositivos usados para narrar una historia y la estructura de una trama, o para aprender nuevas palabras.

Toma notas

Tener toneladas de ideas no sirve de nada si se nos olvidan todas. Alguien que se ha propuesto escribir más, debe ir a todas partes con papel y lápiz, aunque tu papel y lápiz sea la aplicación de notas de tu teléfono. Lo importante es que recuerdes anotarlo todo: desde los fragmentos de diálogo de los que te hablaba antes, hasta las palabras que no conozcas o no entiendas bien.

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Foto: Pexels. CC0.

Usa el diccionario

Una vez habiendo admitido que hay palabras que no entendemos, averiguar su significado y comenzar a usarlas es el trabajo de alguien cuya materia prima es el idioma. No necesitas un diccionario físico, la versión en línea del DRAE puede bastar, lo importante es que no pierdas el hábito de buscar las palabras nuevas, y también las que crees que ya conoces: ésta es una manera genial de descubrir nuevos significados, aprender sobre la etimología de un término o aclarar dudas que ni siquiera sabías que tenías.

Crea un hábito

No hay nada más infalible para no lograr escribir nada, que dejarte llevar por la idea de la "inspiración". Jack London, el autor de ese magnífico libro que es "Colmillo blanco", dijo: "No puedes esperar por la inspiración: tienes que ir tras de ella con un palo". Stephen King también opina lo mismo: "Los aficionados se sientan y esperan por la inspiración, el resto de nosotros se levanta y se pone a trabajar". Para vencer a la resistencia de ponerte a trabajar, puedes empezar con una meta pequeña, quizás 100 o 200 palabras diarias: algo que te permita ponerte en movimiento poco a poco y crear el hábito, que te convierta en una persona que escribe todos los días. Desde ahí, aumentar la cantidad es fácil.

Abandona la idea de la perfección

Para poder crear el hábito, lo primero que tienes que dejar atrás es la noción de que todo lo que escribas será perfecto, maravilloso y listo para ser publicado. Ernest Hemingway lo dijo más claro: todos los primeros borradores son una porquería. A menudo el segundo y el tercer borrador son una porquería también, me permito agregar. El 90% de escribir consiste en saber borrar y tirar a la basura, y en saber que eso viene después, no al mismo tiempo que estás escribiendo. Hay que cavar por mucho rato para encontrar un pedacito de oro.

Ejercita el músculo

Por esa misma razón, es necesario que practiques mucho, para que saques toda la porquería que está antes del pedacito de oro: usar ejercicios y disparadores puede ser la génesis de mucho aprendizaje. En el blog escribir.me, por ejemplo, hay algunos disparadores que pueden ayudarte a sacar textos de práctica. Hay libros completos compuestos sólo de estos ejercicios, e incluso hay apps para **generar ideas para escribir.

Si bien espero que estos consejos les resulten útiles, la realidad no puede ser evadida: lo mejor para escribir mucho es ponerse a escribir** de una buena vez y sin poner más excusas. Ahora vayan a buscar la hoja en blanco.

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